El Recoletas suma una victoria balsámica
El Atlético Valladolid supera con rotundidad a Anaitasuna, en un partido en el que la defensa y las 17 paradas de César Pérez resultaron claves
Una final a falta de cinco jornadas. Un partido clave para no sufrir más de la cuenta después del inesperado tropezón en Huerta del Rey ... frente a Guadalajara y la posterior derrota en Logroño, que obligaban a un cambio radical de tendencia y recuperar el camino tomado tras ganar a tres 'miuras' como Cuenca, Torrelavega y Benidorm, clasificados por encima de los vallisoletanos en liga. Era el momento de dar un golpe sobre la mesa, de demostrar que este equipo tiene empaque para salvar la categoría. El rival, Helvetia Anaitasuna, fue la víctima propicia. Los pamploneses desaparecieron pasado el ecuador del primer tiempo y dieron alas a un conjunto local que salió nervioso y fallón , pero que retomó el rumbo adecuado para sumar un triunfo tranquilizador, balsámico. Clave la defensa. Dejar al rival en 22 goles dice mucho del trabajo general atrás y en particular de jugadores como Pedro Martínez y Rosell. Volvió a ser fundamental César Pérez, un auténtico valladar con 17 intervenciones. El capitán volvió a ser clave por su gran actuación bajo palos. Misión cumplida. Ganado el primero de los tres partidos que vienen por delante para certificar la permanencia. La liga no vuelva hasta dentro de tres semanas, con la Copa del Rey por medio. Que la presencia en Santander no esconda que lo importante viene a partir de la visita a la pista de un más que complicado Cisne.
Recoletas
César Pérez (17 paradas), Blanco (2), Álvaro Martínez (6), Pedro Martínez, Miguel Camino (2), Toledo (2), Dimitrievski (8, 5p) -equipo inicial-, Méndez (2), Herrero (1), Freitas (5), Rosell, Dimitrioski(2) y Lamariano (ps).
30
-
22
Anaitasuna
Bar (6 paradas), Gastón, Ganuza (7), Meoki (3), Aitor García, Pereira (5), Pinto -equipo inicial-, Bazán (2), Castro, Elustondo (3), Redondo (2), Goñi, Xabier González y Cancio (5 paradas).
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Marcador cada cinco minutos 1-2, 4-5, 6-7, 9-7,12-8, 14-9 (descanso); 17-13, 20-16, 24-18, 25-19, 27-20 y 30-22.
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Árbitros Escoda Pérez y Álvarez Boixaderas. Excluyeron dos minutos a los locales Herrero, Dimitrievski, Pedro Martínez y Toledo, y a los visitantes Pereira, Elustondo y Bar.
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Incidencias Partido de la vigésima sexta jornada de la Liga Plenitude Asobal disputado en Huerta del Rey ante 1.612 espectadores.
Eso que las cosas no empezaron bien, sobre todo en ataque. Pérdidas que propiciaron el castigo navarro para irse por 0-2. Además los lanzadores locales se estrellaban contra Bar. César Pérez evitaba que la cosa fuese a mayores.
El Recoletas igualó sin mucho tino. Pero Anaitasuna volvía a abrir un hueco de dos goles (3-5). Pereira hacía daño desde el lateral derecho. Otro arreón permitió a los locales ponerse por delante por primera vez (8-7). La grada coreaba el nombre de César Pérez tras detener un siete metros. La renta creció hasta los dos goles. Pereira erraba el segundo penalti visitante. Los pamploneses estuvieron más de cinco minutos sin anotar. La defensa local y la portería funcionaban. El ataque se iba entonando. Con 11-8, Domínguez pidió tiempo muerto.
Pero el Recoletas siguió engordando la renta. Anaitasuna estaba varado ante el buen trabajo atrás de los vallisoletanos. Con un siete metros anotado por Dimitrievski finalizaba el primer periodo. Un 14-9 que dejaba bien a las claras el buen trabajo que habían realizado la defensa local secundado por un gran César Pérez bajo palos. Pasado el ecuador de la primera mitad, el Atlético Valladolid había sido claramente superior.
El Anaitasuna reduce la diferencia
El Recoletas comenzó con dos hombres menos por la exclusión de Dimitrievski y un cambio mal hecho. Anaitasuna redujo hasta tres goles la renta aprovechando el roto numérico en el bando local.
Pero recuperada la igualdad numérica, el Atlético Valladolid logró rehacerse. César Pérez seguía a lo suyo. El Recoletas alcanzó su máxima renta hasta el momento, seis goles (23-17, mín. 44). Quedaba la mitad de la segunda parte.
La diferencia no paró ahí, llegó a siete tantos. La grada, como siempre, quería más. El cuadro navarro pasó a atacar con siete hombres de campo y defender 5:1 con Ganuza como avanzado sobre Borja Méndez. Era un órdago a la desesperada. Y no le salió nada bien. El Recoletas aguantó bien atrás con su portero convertido en muro.
El Recoletas nadó y guardó la ropa. Incluso alcanzó la renta máxima de nueve goles. La afición lo disfrutaba. Una victoria balsámica (30-22), que hacer olvidar en traspiés con Guadalajara y que permite al equipo dar un paso importante hacia la salvación.
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