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Agus Casado y Rodrigues frenan una internada de Álex Márquez. Julián Vázquez- BM Granollers
El Nava exhibe en Granollers hechuras de gradeza en su primer viaje en la élite (25-25)

El Nava exhibe en Granollers hechuras de gradeza en su primer viaje en la élite (25-25)

BALONMANO ·

Los naveros resisten en una pista de prestigio y tienen la bola del triunfo en un gran envite entre los porteros

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Viernes, 13 de septiembre 2019, 23:30

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El Nava puede presumir de que un empate en una cancha ilustre del balonmano nacional le sepa a poco. El debutante en Asobal se medía a un Granollers que no ha abandonado la máxima categoría del balonmano en los últimos 30 años. Al último equipo español en ganar al Barcelona. El reto en su primer desplazamiento en la élite era competir. Y se logró mucho más. Los segovianos, con tres puntos en dos jornadas, demostraron que tienen hechuras para quedarse.

Fraikin BM Granollers

Marc Guardia, Edgar Pérez López, Borja Lancina (2), Marc Gª Diéguez, Pol Valera, Alejandro Márquez (5), Adriá Figueras (10), Adriá Martínez (1), Jan Gurri, Mamadou Gassama (1), Pol Sastre, Ian Tarrafeta (5), Ivan Popovic, Sergi Franco, Nicolas Bonano (1), Nil Guiteras y Oswaldo Mastro dos Santos.

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Viveros Herol BM Nava

Adrián Rosales, Agustín Casado (1), Miguel Baptista (2), Álvaro Rodrigues, Andrés Alonso, Bruno Vírseda, Carlos Villagrán (3), Darío Ajo, Darío Ajo V. (5), Ernesto Sánchez, Eduardo Fernández (2), Nicola D'Antino (3), Rodrigo Pérez Arce (6), Yeray Lamariano, Paco Bernabéu (1) y Oleg Kisselev (2).

  • parciales cada cinco minutos. 3-2, 3-3, 6-6, 9-9, 10-10, 13-11 (descanso), 15-14, 15-15, 17-18, 19-21, 23-22 y 25-25.

Carlos Villagrán, que ya presumía de haber anotado el primer gol navero en Asobal, añadió a su historial el primer gol visitante. El que hoy será pregonero en las fiestas patronales obligó a aplazar el acto: esa es la importancia del balonmano en Nava de la Asunción. Como en el debut, los segovianos marraron su primer penalti. Llopis fallaría el inicial ante el Valladolid; en esta ocasión fue Agus Casado el que se acercó al punto de siete metros mientras sonaba por la megafonía la banda sonora de 'Psicosis'. El balón se estrelló en Pol Sastre, que no pararía, sin embargo, el siguiente penalti visitante, anotado por Rodrigo Pérez Arce. El leonés volvería a anotar con una elegante vaselina y se postula como especialista.

El Granollers dejó claras sus intenciones. Apenas tardó cinco segundos en empatar en transición los dos primeros tantos del Nava. Aunque hubiera fallos, la filosofía era innegociable. Ante cualquier parada, pérdida o gol, el cuadro catalán activaba sus propulsores y echaba a correr. Esa apuesta por el contragolpe significaba toda una espada de Damocles para el Nava, consciente de las consecuencias de cualquier error leve, de un pase interceptado al pivote. Si el objetivo de Dani Gordo era frenar la acometida inicial de los locales, lo consiguió: 3-3 en 10 minutos es puro catenaccio para una pista acostumbrada al vértigo.

Nava, que necesita correr para respirar, también contragolpeaba. La suya era una aportación coral y los jugadores a los que Gordo había felicitado por su evolución el jueves demostraron por qué. Nico D'Antino se afianza como un fijo en el extremo derecho. El italiano empató con dos goles consecutivos, uno tras una gran circulación y otro volando al contragolpe, la primera ventaja reseñable de los locales (6-4). Kisselev, con dos tiros excelsos, devolvería al Nava la delantera (8-9). El duelo ya había cogido temperatura: del minuto 10 al 20 hubo el doble de goles que en los 10 previos.

Ante el ejercicio coral del Nava, el Granollers se echó a los brazos de Adriá Figueras, que cuajó una primera parte extraordinaria demostrando todo tipo de recursos. Encontraba la ruta, ya fuera en seis metros, con un tiro lejano o corriendo a pista abierta. Se marchó al descanso con ocho goles en ocho lanzamientos; ahí es nada. Su aportación, unida a la creciente presencia de Pol Sastre bajo palos –se fue al descanso con 10 paradas, incluyendo dos de enorme mérito a Andrés Alonso y a la contra de Paco Bernabéu– permitieron a los vallesanos irse por delante al vestuario (13-11). Los locales cortaron así un buen tramo navero, reforzado con paradones de Yeray como el que le hizo a un potente tiro de Álex Márquez. Había perdido fuelle en ataque el cuadro segoviano, que no anotó en los últimos cinco minutos de la primera parte y vio cómo se le echaba el reloj encima en la última posesión.

«Hay que ir con muchísima humildad y respeto, pero con total descaro»

Dani Gordo se mostró satisfecho con el punto de sus pupilos en su primer desplazamiento en la máxima categoría del balonmano español «Es meritorio. Venir a una pista histórica y sacar un punto en un partido que ha estado disputado de igual a igual, es para estar muy contento del equipo». Fue el resultado de un final muy tenso en el que pidió tiempo muerto a 15 segundos del final para preparar el último ataque. «Hemos estado a la altura de un equipo llamado a estar en la zona de arriba. Han blocado la última bola, pero eramos conscientes de que no les iba a dar tiempo a más».

El técnico, que insistía en la previa en frenar el correcalles del Garanollers, un equipo conocido por su verticalidad, vio cumplido su plan. «El partido lo hemos quemado en las fases que nosotros queríamos y lo hemos llevado por los territorios que nosotros hemos querido». Con todo, fue fiel a su filosofía. «Pero hay que exigirse más porque este equipo puede competir. De momento, nadie nos ha dicho que no podamos estar en esta liga derecho propio. Hay que ir con muchísima humildad y respeto, porque somos los recién llegados, pero con total descaro, como hemos estado hoy». Lamentó el arbitraje en el tanto del empate del Granollers. «Nos hemos tirado más de 40 segundos en la última defensa y encima les han dado la posesión para volver a empatar. En ese sentido, ha sido bastante injusto porque la defensa ha estado extraordinariamente bien, la segunda parte de Yeray ha sido bastante buena. Tengo que ver el vídeo, pero hay que premiar un poco más el aspecto defensivo de los equipos».

El Nava se vio tres abajo y mejoró su propuesta. Empezaron a llegar balones a Darío, los segovianos golpeaban al Granollers con su propia medicina en una transición rápida de Villagrán y nivelaban el choque. El duelo estaba igualado hasta el último detalle. El Nava había salvado una exclusión de Rodrigues con la puerta vacía y Yeray llegando raudo para detener un tiro catalán desde campo propio. Sastre mejoró la apuesta con una parada aún mejor en la misma circunstancia. Con Figueras algo más contenido, fue Álex Márquez quien recogió la responsabilidad goleadora de los catalanes. En ese duelo de porteros, triunfaba el Nava, que se puso con su máxima renta (19-21) tras un gol de Darío, que optimizó un tiempo muerto de su entrenador y sacó el brazo a pasear.

Quedaban diez minutos y el Granollers empataría en un suspiro, aprovechando la exclusión de Nico. El siguiente penalti le tocaba fallarlo a Pérez Arce, que estrelló su bombita a la madera. Resurgió el cuadro catalán, que se puso dos arriba a falta de cinco minutos. Al cuadro segoviano le sobra espíritu de resistencia. Resurgió con los goles de Edu y Rodrigo y tomó la delantera con una gran circulación culminada por Darío. Entre medias, una parada excelsa de Yeray, que no pudo detener el tanto del empate a medio minuto del final. El Nava tuvo el último ataque, repelido por la defensa vallesana, que lanzó un contragolpe demasiado tardío. La pelota entró, pero la bocina sonó antes. Un cierre a la altura de Hitchcock.

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