Hora de salir del bache

Dos puntos de los últimos diez. Más de un mes sin conocer la victoria. El bache de resultados que atraviesa el Viveros Herol Balonmano Nava, producido en gran medida por la plaga de lesiones que ha azotado a la plantilla navera, ha tocado de forma contundente la nave que dirige Dani Gordo. Obligados a bajar el ritmo, los de Nava de la Asunción ven a lo lejos en la tabla a un Balonmano Alcobendas al que hace unas semanas intentaban dar caza, viendo también como por detrás Sinfín y Alarcos Ciudad Real amenazan con sobrepasar a los de Nava de la Asunción en la clasificación. Con un punto de ventaja sobre los cántabros y tres sobre los manchegos, los blanquirrojos todavía manejan cierto margen a falta de ocho jornadas para terminar la temporada regular.

A pesar de que todavía ocupan una de las posiciones de honor del grupo, haría bien el Balonmano Nava en salir cuanto antes del bache y recuperar la velocidad adquirida a principios de 2018. No será fácil, porque todavía no cuenta con la potencia de Alexandre Tello y Filipe Martins en sus filas, aunque Brakocevic y Rodrigues parece que sí estarán a disposición de Dani Gordo. También Oleg Kisselev, que entra por primera vez en la temporada en la convocatoria del Viveros Herol para medirse al Villa de Aranda (18:30 horas), rival contra el que se produjo su grave lesión en el segundo partido de pretemporada.

Además de las dificultades que arrastra la nave navera durante el último mes, a las que se han unido un trayecto complicado con partidos frente a los tres primeros clasificados de la categoría, se le une esta tarde un rival que estaba llamado a pelear por el ascenso a Asobal a principio de temporada pero que protagonizó un inicio de curso que obligó a Álvaro Senovilla –viejo conocido de la afición navera– a dejar el banquillo arandino. Los amarillos, que ya vencieron al equipo que entrena Dani Gordo en el partido de la primera vuelta, llegan a Nava de la Asunción con dos triunfos consecutivos en su maleta que les han permitido dejar atrás los puestos de descenso y de paso, soñar con una posible clasificación para la fase de ascenso que hace quince días parecía misión imposible.

Con Carlos Colmenero en el banquillo, el Villa de Aranda ha regresado a su estilo de juego más habitual. La pasada jornada venció con contundencia al Covadonga por 35-21 y hace dos en una cancha complicada como la del Ikasa Balonmano Madrid. Con el técnico vallisoletano en el banquillo destacan por dominar distintos sistemas defensivos en función de lo que demanda el partido. Cuenta con jugadores de gran envergadura para poder realizar una defensa 6:0 que cierre huecos en siete metros y que tape lanzamientos exteriores, así como de gente rápida para una defensa 5:1 que amenace la circulación de balón del rival para salir rápidos al contragolpe.

En ataque, los arandinos no podrán contar con su máximo goleador y especialista en los siete metros, Luisma Lorasque, que hace unos días rescindía su contrato con el club. Después de las rescisiones del propio Luisma y de Óscar del Río, el Balonmano Villa de Aranda cuenta con una plantilla joven, con solo dos miembros que superan la treintena de años: Iker Antonio y Ricardo Amérigo.

Jugadores como Guillermo Martín Carazo o Alberto García Pinillos se han ganado el derecho de pertenecer a la primera plantilla después de sus buenas actuaciones con el equipo de primera nacional. Pese a la juventud del plantel, muchos de los jugadores tienen una experiencia dilatada en las principales categorías del balonmano nacional. Cuentan con jugadores que hacen gala de un buen lanzamiento exterior y con gente grande con buenos porcentajes desde ambos perfiles del ataque. Moscariello en el pivote destaca por ganar la posición y aprovechar los espacios detrás de la defensa, completando un equipo que llega a Nava de la Asunción en su mejor momento de la temporada y con la intención de repetir el triunfo de la primera vuelta.