Cruel derrota del Recoletas

Parecía escrito en las estadísticas. Bidasoa no había conseguido ganar en Huerta del Rey en las tres temporadas anteriores (30-26, 29-28 y 24-24) pero la progresión de los irundarras les daba como favoritos y finalmente lo consiguieron sobre la bocina. Un gol de Sergio de la Salud en el último instante derrotó al Recoletas Atlético después de un gran partido de los vallisoletanos que no se merecieron tan amargo final.

Porque los hombres de Óscar Ollero ofrecieron todo un recital en los primeros veinte minutos ante una de las mejores defensas de la Liga, supieron aguantar el arreón de los vascos en la segunda mitad pero la suerte final, en la última jugada, les dio la espalda de forma despiadada, dejando helado al pabellón Pisuerga que volvió a ser una olla a presión en busca de al menos un punto que los vallisoletanos se ganaron con creces. Todo el equipo se dejó la piel sobre le campo, algunos con más fortuna que otros, ya que el central Adrián no tuvo su tarde, con numerosos errores en la segunda mitad que los irundarras no desaprovecharon para remontar su desventaja e igualar el choque. Fue un mal día para el asturiano, aunque tampoco desde el banquillo se buscaron otras soluciones.

Y eso que el partido comenzó con un Recoletas arrollador frente aun Bidasoa que no acababa de encontrar su sitio en Huerta del Rey ni en superioridad, hasta el punto de que su técnico Jacobo Cuétara se vio obligado a solicitar un tiempo muerto a los cinco minutos de partido (4-1) y a cambiar casi todo su equipo cinco minutos después . La defensa vallisoletana, con Robin Dourte y Nico en el centro, cerraba los huecos y César en la portería volvía a erigirse en protagonista. Pero es que además en ataque el equipo se mostró muy suelto, con largos desplazamientos de los laterales que obligaban a los irundarras a mover su defensa. Además, el Recoletas supo aprovechar la primera superioridad para hacer un parcial de 3-0 que colocaba el marcador con cuatro tantos de ventaja.

Todo funcionaba en el Recoletas como un reloj, pero el Bidasoa es equipo europeo y subcampeón de la Asobal por algo y no dudó en aprovechar los mínimos errores locales en esta primera mitad para que una de sus estrellas, Kauldi Odriozola anotase tres tantos consecutivos para reducir las diferencias (10-8). Con todo, el Recoletas llevaba por completo el ritmo del partido, con la contribución de todos los hombres que saltaron a la cancha. Porque los necesarios cambios supieron mantener el tipo en todo momentos, bregando en defensa y con acierto a la hora de buscar la portería vasca. Incluso en el último suspiro de la primera mitad, Patrianova se sacó un lanzamiento desde su campo que cruzó la línea de gol ante la sorpresa de Ledo mientras sonaba la bocina. Era el 14-11, fiel reflejo de lo sucedido sobre la cancha.

Los partidos ante un rival como Bidasoa siempre se hacen muy largos porque es un conjunto que suele jugar a marcadores muy bajos, con una defensa muy cerrada y dura, sobre todo si además cuenta con la permisividad arbitral. Y los irundarras saltaron de nuevo a Huerta del Rey enchufados, mientras el Recoletas parecía haber perdido el ritmo de la primera parte. Además, el portero vasco Ledo comenzó a aparecer y detener los lanzamientos cada vez más incómodos del ataque vallisoletano. De esta forma, los irundarras empataron (15-15, min. 36) y Óscar Ollero tuvo que parar el partido para recomponer a su equipo. Mejoró notablemente la defensa y de nuevo el Recoletas se volvió dominador merced a los goles de los pivotes Dourte y Nico y un contragolpe de Dani Pérez.

El marcador volvió a tener color vallisoletano y Cuétara cortó la racha local para reunir a los suyos y cerrar su defensa (20-16, min. 41), especialmente con el acierto de su portería ante los lanzamientos de Rubén y Víctor. Regresó la igualdad al marcador (20-20) y el Recoletas dispuso de la ocasión de volver a mandar en el partido con la exclusión del especialista defensor Tesoriere, pero si en la primera parte se consiguió un parcial de 3-0, esta vez se desperdició por completo la ocasión. Mientras a los vallisoletanos les costaba un mundo hacer un gol, los irundarras aprovecharon los errores y las pérdidas locales para enjugar la mínima ventaja hasta que Azkue colocó a los suyos por delante por primera vez en el partido (20-21, min. 50). Ahí comenzó el marcador a moverse con cuentagotas, mientras los segundos corrían hacia el final del partido. Patrianova volvió a sacarse un disparo inverosímil desde un lateral para empatar a 25. El partido se iba a decidir en una lotería de una última jugada. La defensa local frenó el primer envite irundarra, pero en el último instante, el disparo a la desesperada de Sergio de la Salud encontró la red de César.

Pese a la derrota, dura, cruel e injusta, cabe quedarse con el excelente juego desplegado en los primeros veinte minutos y sobre todo con el gran trabajo de todo el equipo. Ese es el camino.