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Kisselev es agarrado por la camiseta en un momento del partido.

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Kisselev es agarrado por la camiseta en un momento del partido. Antonio de Torre

La Asobal, mucho más cerca

El Viveros Herol BM Nava, que llegó a perder de seis goles en los primeros diez minutos, derrotó en un gran partido al segundo clasificado (32-25) y afianza sus intenciones

Sábado, 23 de marzo 2019, 23:01

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Es un pequeño paso para un hombre pero un gran salto para la humanidad. Es lo que vino a decir Neil Armstrong (así al menos consta en los textos) cuando pisó la Luna. Una frase que quedará para la historia. Un gran paso en su camino hacia la Asobal y un gran salto (cualitativo y cuantitativo en todos los aspectos) es el que ha dado el Viveros Herol BM Nava tras imponerse al Vestas Alarcos Ciudad Real. Si llega el caso (y está en el camino), también entrará en la historia de lo que pueda suponer ese ascenso para una localidad como Nava de la Asunción.

De momento los cimientos sobre los que se sustenta son fuertes, apoyados en una incansable afición que también es de una categoría superior. ¿Y si el rival se escapa en el marcador? Pues ahí está su aliento. Y más en un partido como este. Tanto los seguidores (que llenaron el pabellón en un día del club), como los jugadores, sabían bien lo que estaba en juego. Y así lo exteriorizaron al final del choque.

No había sido una semana fácil, debido a las bajas que presentó el equipo. En esta ocasión no pudo jugar Yeray Lamariano, pero ahí está Ernesto. Y si algo caracteriza al BM Nava es que tiene a los dos mejores porteros de la categoría, además de un grupo de jugadores con una fe inquebrantable. Auténticos guerreros naveros.

El comienzo del partido fue frenético. Marcó primero el conjunto navero, con un gol de Darío Ajo (gran partido el suyo, hizo nueve), pero esa fue la única vez que el conjunto navero se puso por delante, porque a partir de ahí, con rapidez al contragolpe, poco a poco el Alarcos se fue distanciando en el marcador. Llegó a empatar (1-1) y se fue con un 1-4 que obligó a Dani Gordo a tener que pedir un tiempo muerto. Ya sabía el técnico navero que los inicios del conjunto visitante eran muy fuertes (y vaya si lo fueron). Sus primeros diez minutos estuvieron marcados por la intensidad (que se lo pregunten a Agus Casado, que recibió suyo, y aún así era capaz de marcar, hizo siete goles al final). El marcador seguía siendo favorable al conjunto visitante con una ventaja que llegó a ser seis goles (2-8). Podía temerse lo peor, pero no...

Poco a poco Nava fue serenando su juego y empezó a funcionar el bloque para ir reduciendo las distancias. Del 3-8 se pasó a un 6-9 (solo tres goles y después a uno (8-9). Alarcos no se daba por vencido y se mantenía en el partido. Dos goles de Kisselev daban vida al Nava (12-14) poco antes del descanso, aunque la clave pudo estar en esos últimos instantes en los que Nico (lo que ha crecido este jugador) llevaba el delirio a la grada para irse a los vestuarios con un esperanzador 13-14.

La segunda parte comenzó con un gol de Bruno Vírseda para empatar el partido. Y partir de ahí Nava fue cimentando el éxito de su diferencia, aunque Parker y Brian Negrete se empeñaran en no darse por vencidos. El 23-20 fue un punto de inflexión porque el conjunto que entrena Dani Gordo fue creciendo y creciendo hasta el punto de empequeñecer a su rival, que no encontraba la fórmula adecuada. Todo lo contrario. Puede que pagara ese esfuerzo de la primera parte y a medida que fue abriendo su defensa, fue cavando su propia tumba porque ahí Nava apretó el interruptor y se puso en modo rodillo, con el público entregado a la causa.

Las diferencias iban creciendo en una segunda parte espectacular. Carlos Villagrán y el resto de sus compañeros disfrutaban como niños y se notaba en la cancha, y a su vez hacían disfrutar al público mientras el banquillo visitante se desesperaba, fruto también de la inoperancia que mostró el conjunto visitante (perdió también un número considerable de balones).

Ernesto en la portería también se encargaba de dar más motivos de satisfacción, alcanzado esa máxima diferencia de siete puntos con un 29-22, que se mantuvo hasta el final (32-25). Es verdad que matemáticamente no tiene el ascenso asegurado, pero parece una cuestión de tiempo. La Asobal está más cerca. Quedan seis partidos (doce en juego) y son ya siete (ocho con el 'golaverage') los que tiene de ventaja el conjunto navero sobre Alarcos. El sueño está cada vez más cerca.

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