El CB Valladolid transita por la Liga: 65-106
Los morados exhiben todas sus limitaciones frente a la intensidad del conjunto malagueño
VÍCTOR BORDA
Jueves, 1 de enero 1970, 01:33
En la previa decíamos que el Unicaja venía como un transatlántico. Seis victorias seguidas y decidido a llegar lejos en el play-off. Los hombres de Joan Plaza no tuvieron piedad de las limitaciones ofensivas y defensivas del CBValladolid, que intentó seguir el ritmo de los andaluces, algo que consiguió a duras penas en los dos primeros cuartos. Mal en ataque y peor en defensa. No hay más cera que la que arde. Ante poco más de un millar y medio de aficionados dos mil según el club morado, en familia, el conjunto local se vio superado sin contemplaciones. Nunca llegó al nivel de exigencia necesario y fue un juguete en manos de los visitantes, que destrozaron el encuentro tras el descanso.
Ya colista de manera matemática, el CBValladolid intentó y no logró competir. Era demasiado a lo que había que hincarle el diente. El dominio de los tableros de Unicaja, su porcentaje de acierto en los tiros de dos puntos (77%) y la presión a toda pista de los andaluces llevaron a los locales a parecer un mero sparring de los malagueños. Fran Vázquez, intimidador como hay pocos, se puso las botas de colocar gorros a unos jugadores interiores morados a los que su falta de centímetros y físico fueron castigados por los pívots visitantes. Los rebotes tuvieron color andaluz, con 47 rechaces conseguidos frente a los 22 de los de pupilos de Casas. Con todos estos mimbres, el único cesto que se podía hacer era una paliza de puntos en toda regla.
El equipo morado aguantó bien el primer cuarto. El Unicaja salió intenso, pero el CBValladolid superó el primer empellón. Los andaluces llegaron a irse de diez puntos (6-16, m. 7), pero un parcial de 5-0 con triple incluido de Mack devolvió la esperanza a las despobladas gradas del Pisuerga.
Al final de los diez primeros minutos de juego se llegaba con un marcador de 19-27. Aún parecía haber partido en el horizonte. Era un puro espejismo.
El segundo cuarto arrancó un 0-6 de salida. Casas daba minutos a Vilhjálmsson, desaparecido los últimos partidos. La diferencia se fue abriendo con los puntos de un letal Toolson. La renta andaluza llegó hasta los trece puntos (24-37, m. 13), pero un pequeño arreón morado permitió que esta menguase hasta los nueve puntos (32-41, m. 17). Un parcial de 4-11 final permitió al conjunto visitante irse al descanso con un cómodo 36-52.
Ahogados
La tragedia quedó patente en el tercer cuarto. Pese a que el CBValladolid arrancó algo más intenso atrás, algo que no era difícil, el Unicaja seguía a lo suyo. Presión a toda cancha y lanzamientos cómodos ante la falta de intensidad defensiva local. Los morados son un equipo que defiende a rachas y mal. Por algo es el conjunto que más puntos ha encajado. El parcial de 5-0 de salida fue mitigado ipso facto. Toolson, Sabonis no debe creerse que su padre jugara en Valladolid, Stimac y compañía fueron abriendo más la brecha que llegó a ser de 32 puntos al final del tercer cuarto. El silencio de la grada lo decía todo. Algunos ya comenzaron a desfilar camino de casa.
Y en el último cuarto, la sangría continuó. La defensa malagueña no se relajó y el CB Valladolid se veía ahogado para encontrar el camino hacia la canasta rival. Acciones individuales que casi siempre terminaban con el balón en manos malagueñas. Los andaluces llegaron a dominar de 45 puntos (59-104, m. 39), pero esa renta bajó en los instantes finales hasta el 65-106 con el que acabó el choque. El Unicaja había tenido una sesión de entrenamiento con público. El CB Valladolid, un doloroso revolcón.