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Viernes, 22 de febrero 2019, 23:20
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Después de perder en la cancha del colista Prat, el Carramimbre dio la de cal en el Pisuerga ante unos tres mil aficionados para conseguir la decimotercera victoria de la temporada que certifica la permanencia del equipo. Todo le salió a pedir de boca al conjunto vallisoletano, que supo jugar al favorito Retabet Bilbao con sus propias armas, dominando el juego interior, acertando desde el perímetro y con una intensidad defensiva que desarboló por completo a su rival. Sin los teóricos titulares en pista en el cuarto decisivo, los hombres de Paco García deleitaron a su afición con un auténtico espectáculo de buen baloncesto y ante un rival de postín.
Carramimbre
Gantt (4),, ALvarado (5), Alex Reyes (8), Aboubacar (3), De la Fuente (14) -cinco inicial-, Torres (17), Alvaro Reyes, Astilleros, Kazadi (7), Novas (9), Hayes (4) y Adekoya (8).
79
-
64
Retabet Bilbao
Matulionis (3), Brown (19), Schreiner (5), Lammers (13), Demetrio (9), -cinco inicial-, Iván Cruz (11), Larsen, Salgado (4), Edu Martínez, Huertas.
Parciales: 23-18, 22-19, 14-14 y 20-13
Árbitros: Juan Uruñuela, Mikel Cañigueral y Daniel Pazos. Eliminaron a Schreiner (min. 39)
Incidencias: Unas 3.000 personas en el Pisuerga.
Comenzó el primer cuarto como un auténtico ciclón por parte de ambos conjuntos. Si el Retabet Bilbao se distinguía por su potente juego interior y también por su eficacia desde el perímetro, el Carramimbre saltó a la cancha del Pisuerga dispuesto a contrarrestarle con las mismas armas. Aboubacar se convirtió en una pesadilla por su fortaleza bajo el aro pese a la permisividad arbitral y cuando el Bilbao se cerró en la pintura apareció la mano de Sergio de la Fuente para, a base de triples, romper la defensa vasca y dar la primera ventaja al Carramimbre, cerrando el cuarto con dos canastas consecutivas y dejar el marcador en un 23-18.
El Bilbao había demostrado su potencial, con una defensa presionante y al límite, pero las ardillas habían salido respondonas y superaron en todas las facetas al conjunto de Alex Mumbrú, incluidas tres defensas en los tres ultimos ataques vascos que les impidieron lanzar. El segundo cuarto, con Salgado como director de operaciones del Bilbao se inició con un triple de Iván Cruz. Paco García optó por un quinteto formado por Torres, Adekoya, Astilleros, Hayes y Novas y el juego no se resintió en absoluto. Adekoya y el base Torres con su velocidad no solo mantuvieron la ventaja sino que la ampliaron a nueve puntos (32-23). El arbitraje dejaba mucho que desear para los intereses del Carramibre y una pequeña tangana con Alvarado se cerró con un triple de Torres sobre la bocina para colocar el 45-37 para llegar al descanso.
El tercer cuarto fue de pelea. El acierto de los dos primeros parciales desapareció debido a las intensas defensas consentidas por los colegiados. El Carramimbre se mueve como pez en el agua en estas situaciones y supo capear el temporal cuando los vascos se acercaron peligrosamente (50-47). El equipo supo reaccionar a tiempo con un poderoso Adekoya, que de nuevo sobre la bocina colocó el 59-51 para ir al cuarto definitivo con una sustanciosa ventaja.
Era el momento de la verdad y Paco García puso en cancha a Novas, Adekoya, Hayes, Novas y Torres. Era el equipo B, pero especialmente preparado para el cuerpo a cuerpo, para fajarse en defensa y buscar las personales con penetraciones en la pintura vasca. Un triple de Kazadi obligó a Mumbrú a pedir un tiempo muerto para buscar la remontada (64-51) en la máxima ventaja del Carramimbre en el partido nada mas comenzar el cuarto decisivo. Unos breves minutos de atasco dieron paso a una serie de canastas consecutivas de Novas que colocaron el marcador con un 73-55 a falta de cuatro minutos que dejaban prácticamente sentenciado el partido. El Bilbao, el equipo que menos encaja en la liga, se vio superado en defensa por el Carramimbre, con un Torres que secó a Brown y unos Novas y Adekoya que fueron colosos a la hora de sujetar a Lamers y Demetrio. Mumbrú volvió a parar el partido en busca de un último revulsivo, con presión en toda la cancha. Pero ya era demasiado tarde. El quinteto de Paco García se gustó, se lució y ofreció todo un recital de defensa en primer lugar y también de opciones de ataque para ganar el partido.
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