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Chagoyen y Graham-Bell.
El Comercial Ulsa iguala la serie
baloncesto

El Comercial Ulsa iguala la serie

Un tiro de Wade-Chatman desde su campo y sobre la bocina da el primer triunfo ante el Aceitunas Fragata Morón

V. borda

Domingo, 14 de mayo 2017, 23:32

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Por fin, el Comercial Ulsa Ciudad de Valladolid acabó con el gafe del Aceitunas Fragata Morón. A la cuarta fue la vencida. En un partido en el que las ardillas mostraron dos caras muy diferentes y se resolvió con un triple sobre la bocina de Wade-Chatman desde su propio campo. El broche perfecto para un encuentro en el que las huestes de Paco García remaron con fuerza en la segunda parte para dejar atrás un primer tiempo muy flojo tanto en defensa como en ataque. Antes del descanso, el Comercial Ulsa parecía derrotado. Morón llegó a dominar de 19 puntos en el segundo cuarto. Pero la fe del Pisuerga es inquebrantable. Sí se puede, sí se puede jaleaba la grada. Y el equipo entendió el mensaje de su público y cambió el chip ya en los minutos finales antes del receso. La fe inquebrantable del Pisuerga iluminó entonces a un equipo que se movía entre las sombras del 0-2 en la serie. Tras el descanso, la garra y la entrega de las ardillas hizo lo imposible posible. Y el triple bestial del base americano provocó que la grada explotase de júbilo. La serie se marcha ahora a Morón. El objetivo, lograr un triunfo en uno de los partidos, para que el play-off regrese, con un quinto y definitivo choque, al Pisuerga.

Las cosas no comenzaron bien. Primeros minutos de poder a poder, con igualdad en el marcador hasta el 11-11. A partir de ahí, la ofensiva sevillana machacó con facilidad la defensa local. Un parcial de 3-12 que dejaba el marcador al final de los primeros diez minutos 14-23.

El segundo cuarto fue peor. Solo De la Fuente daba el callo en ataque. Gaffaney, un artillero de nivel, comenzó a hacer daño desde el perímetro. Keshinro lo hacía en la pintura. En esa debacle local, el equipo andaluz cogió un colchón muy importante, nada menos que de 19 puntos (22-41, m. 17). La cosa pintaba realmente mal.

A situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Paco García dio la alternativa al júnior Alberto García. Y el chaval aceptó el reto. Una canasta en juego y el perímetro visitante desactivado. Pisuerga gritaba el eslogan: sí se puede, sí se puede. La fe de las gradas. Y ese empuje de los aficionados abrió los ojos y mejoró las prestaciones. Los vallisoletanos devolvieron un parcial de 12-5 para llegar al descanso con un más ajustado 34-46. El sí se puede, sí se puede les siguió camino del vestuario. La metamórfosis estaba ya en marcha.

La entrada de los locales en el tercer cuarto decía que algo había cambiado. Astilleros, un seguro para este equipo, De la Fuente y Sidibe veían aro. Morón tenía más problemas para anotar que en la primera parte. La renta sevillana fue menguando. Wade-Chatman se sumaba la fiesta. Los locales se colocaron a solo tres puntos (50-53, m. 28). Ya tenían al rival a tiro. El cuarto finalizó con 54-58.

Las ardillas estaban lanzadas. Miguel González, con un triple, colocó a los locales por primera vez por delante (65-63, m. 35). Quedaban cinco minutos en el que los dos equipos disfrutaron de mínimas ventajas que cambiaban rápidamente de lado. Sidibe igualó a 73. En la jugada posterior, los colegiados señalan dobles a Alejandro Marín. Quedan dos segundos y dos décimas para el final del choque. El Comercial Ulsa sacó de banda. El balón le llegó a Wade-Chatman, que lanzó desde su campo y sobre la bocina. Y el tiro entró entre la algarabía de jugadores y público. La fe inquebrantable del Pisuerga había surtido el efecto deseado. Las ardillas se estrenaban en una serie que desplaza ahora a tierras sevillanas.

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