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El UEMC cae ante la lluvia de triples del Caja 87
La superioridad física del equipo sevillano, unida a su acierto exterior, decantan un partido que los vallisoletanos pelearon hasta el final
José Anselmo Moreno
Sábado, 6 de diciembre 2025, 21:24
El UEMC volvió a jugar de anfitrión. Ya era hora, un poco más y, como el turrón, hubiera vuelto a casa por Navidad a consecuencia ... del «destierro» impuesto por el agua y las goteras. Fue el Caja 87 el que se llevó precisamente «el gato al agua» en una batalla desigual porque su poderío físico, unido a su acierto desde el perímetro, convirtió en improductivos todos los arreones locales.
UEMC Valladolid
Pablo Marín (9), Isaac 'Ice' Haney (5), Pablo Martín (4), Iñaki Ordóñez (8), Samuel Taiwo (13) -quinteto inicial-. También jugaron: Jacob Hanna (10), Juan García-Abril (5), Pau Isern (14) y Edu Arqués (14).
82
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91
Caja 87
Cecilia (21), Clarke (21), Jankovic (7), Santos (11), Dibba (6)- cinco inicial- Bilalovic (8), Cebolla (-), Latorre (3), Bueirberi (9) y Rakocevic (5).
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Parciales 26-25, 36-44, 54-65 y 82-91 (final).
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Árbitros Alvarez-Ossorio Varela y Fernández Requejo. Eliminado Jankovic por el Caja 87.
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Otros datos Partido correspondiente a la novena jornada de la Segunda FEB, disputado en el Polideportivo Pisuerga ante unos 2.000 espectadores.
Fue una lucha de estilos. ¿Cómo se doblega a un equipo más alto? Con una lluvia de triples, y este sábado no llovió tal cosa en Pisuerga del lado local, o bien corriendo y metiendo ritmo de rock and roll. Así fue como Barrio quería imponerse y ese guión se siguió en un igualado primer cuarto aunque, junto a los guiones, están los intangibles. Suele decir el mítico Romay que en baloncesto hay equipos con alma y sin alma. El vigente UEMC tiene el alma que le faltó al anterior, pero le faltan otras cosas. Menos kilos, menos centímetros, una correlación de fuerzas distinta pero, por momentos, hay más aplicación defensiva y más ganas. Para partidos equilibrados, el alma es una canasta más, pero esta vez no alcanzó.
De inicio, el ritmo intentaron marcarlo los bases locales ante la falta de aportación de Isaac «Ice» Haney. Este americano, que se hace llamar hielo, hoy no tuvo «duende», como dicen de los buenos toreros en Sevilla. Tampoco Carreño apareció, en este caso por una lesión muscular en el último entrenamiento. Así pues, el UEMC arrancó lastrado en juego de perímetro.
Con más centímetros bajo los aros y tres buenas defensas, los sevillanos ya tomaron ventaja en los primeros compases ante un UEMC que no anotaba. El equipo de Barrio quería correr, pero eso no lo pudieron hacer hasta empezar a dominar por un momento una lucha desigual por el rebote. Un triple de Bilalovic llevó el 6-11 al marcador. El carrusel de cambios en ambos equipos cambió el estado de las cosas y un triple de Pau al límite de la posesión propició un 16-16 en una recta final del primer cuarto de «borrachera» ofensiva. Dos jugadas con adicional de Arqués, poco fiable en los tiros libres, dispararon al UEMC. De nuevo Arqués, con un triple a tablero, golpeó a los sevillanos pero el equilibrio no se rompía pese a que los locales mejoraron su rebote, con Ordóñez y Taiwo batallando ante jugadores más grandes. Entre Clarke y Dibba abortaron el arreón local y un 26-25 resumió el primer cuarto.
En la segunda entrega se rompió el partido. Los sevillanos metieron balones dentro castigando la falta de centímetros de los locales y en una aportación coral, unida a un 6/10 en triples, el Caja 87 se fue al descanso gobernando el partido 36-44 ante el atasco ofensivo local (diez puntos en este cuarto).
Clarke y Cecilia siguieron anotando para los andaluces, pero Haney apareció fugazmente, sólo fugazmente, tras el descanso para deparar un parcial de 9-3. Parecía que sí, pero no. Los sevillanos, de la mano de un inspirado Cecilia en el triple, no daban tregua castigando sin piedad, además, el juego interior. Ver a Arqués de cinco con sus dos metros pelados y echando el resto ante auténticos «cachalotes» hacía daño a la vista. Nada que hacer. Los sevillanos se macharon por encima de los diez puntos al final del tercer cuarto que se saldó con un 56-65. Cada vez más difícil.
Isern, Taiwo y la defensa apretaron el partido, pero fue «hacer la goma». Admirable el pundonor local para ponerse a cinco puntos, pero nunca se opositó lo suficiente como para llevar la emoción al último segundo. Clarke se bastó para controlar la situación y dos tiros libres vitales fallados por Taiwo dejaron la cosa en 82-91.
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