Vista panorámica del polideportivo Pisuerga tomada en 1985, con la cubierta que tantos problemas ha dado desde su inauguración.

El polideportivo Pisuerga: una obra a la carrera y siete legislaturas haciendo agua

Los problemas con la cubierta datan del año de su construcción, 1985, si bien las primeras goteras preocupantes cumplen ahora 25 años

Domingo, 2 de noviembre 2025, 20:09

No había nadie en el entorno deportivo de la ciudad, por supuesto tampoco en la Fundación Municipal de Deportes y por lo tanto en la ... concejalía, que no hubiera asimilado tiempo atrás que lo sucedido el pasado sábado tenía que pasar tarde o temprano. Hace tiempo que la cubierta del polideportivo Pisuerga no aguanta un otoño sin goteras, un mes de noviembre sin recurrir a los cubos para ocultar la realidad. La escena se había visualizado, y solo hacía falta poner una fecha y un contexto. De hecho, quien más, quien menos, esperaba que el bochorno vivido este fin de semana se adelantara lo antes posible para que alguien tomara al fin cartas en el asunto.

Publicidad

La decisión tomada por la pareja arbitral formada por Miguel Ángel Soto y Jesús Rodríguez de suspender el partido entre UEMC y Cultural y Deportiva Leonesa acelera la hoja de ruta que se había marcado el ayuntamiento, parcheando una vez más la cubierta en próximas fechas antes de proceder a sustituirla en 2026, pero sobre todo, viene a acentuar el debate abierto en las últimas semanas sobre la caída en picado del deporte vallisoletano. El deplorable estado en el que se encuentran determinadas instalaciones clave de la ciudad, llámense Pisuerga, Huerta del Rey o Canterac, sirven de ejemplo y encabezan un listado de reivindicaciones por parte de los clubes, pasadas por alto hasta la fecha, que se han reactivado a raíz de lo publicado en las páginas de El Norte el pasado 25 de octubre.

Pendiente de la puesta en marcha de una mesa de trabajo a la que se sumará el Real Valladolid de fútbol, la prioridad ahora pone el foco en el polideportivo Pisuerga y en una cubierta maltrecha prácticamente desde su concepción. Un pabellón que se construyó a la carrera en 1985 para llegar a tiempo a albergar el Campeonato del Mundo de gimnasia rítmica, y que desde entonces no ha dejado de dar problemas y quebraderos de cabeza a los cuatro alcaldes que han debido lidiar con su gestión.

Arriba, estado de las obras en 1985; a la derecha, Rodríguez Bolaños pone la primera piedra de la obra; y a la izquierda, goteras en el año 2000.

El propio Tomás Rodríguez Bolaños, que puso la primera piedra de la obra el 6 de octubre de 1984, fue el primero en sufrir las críticas de la oposición tanto por las cantidades presupuestadas -empezó en 200 millones de pesetas y terminó por encima de los 600- como por el escaso margen que tuvo la constructora para llegar a tiempo a la inauguración del Mundial, el 10 de octubre de 1985. «Es cierto que ha habido retrasos y que hemos andado justos de tiempo, pero no es menos verdad que gracias al esfuerzo de constructores, comité organizador y funcionarios municipales, las obras se encuentran en este momento prácticamente culminadas y el Mundial se puede celebrar a plena satisfacción», señalaba el entonces alcalde de la ciudad, horas antes de cortar la cinta junto a Eduardo Pinedo, aparejador de la obra y director de instalación durante la celebración del Campeonato de Mundo.

Publicidad

También sufrió críticas Bolaños por la cubierta del polideportivo, y este dato lo encontramos meses antes de la inauguración según reflejaba en sus páginas El Norte de Castilla. «Más valdría, en todo caso, que esas obras se termiran adecuadamente y se evitarían, por ejemplo, las goteras surgidas en la única tormenta de todo el verano», se apuntaba unas fechas antes de que el Pisuerga abriera sus puertas. La primera gotera, por lo tanto, queda fechada incluso antes de la entrega de la obra.

Aquel Mundial se celebró con éxito, deportivo y de público, y la explotación del pabellón no sufriría noticias adversas dignas de mención -sí hubo goteras, aunque de menor impacto- prácticamente hasta el año 2000, cuando Cardellá publicaba que «la cancha habitual de entrenamiento del Fórum amaneció ocupada por no menos de media docena de cubos que trataban de recoger el agua que goteaba desde el techo». En aquella época, la directora de la instalación, África Lesmes, aseguraba ya que por el pabellón habían pasado «cuatro o cinco empresas que han hecho lo que han podido, pero no debe ser tarea sencilla porque vuelven a aparecer».

Publicidad

Desde ese instante, y hablamos de la publicación del 3 de noviembre del año 2000, las filtraciones en la cubierta del pabellón han sido constantes. Y los parches que se han aplicado como solución, también. Sucedió en la anterior legislatura con Óscar Puente como alcalde y Alberto Bustos como concejal de Deportes, y ha vuelto a suceder ahora, cuando el partido de Copa España disputado ante Estudiantes encendiera todas las alarmas.

La solución que se tomará esta semana en cuanto se seque por completo la cubierta, pasa por aplicar pintura plástica impermeable justo encima de la zona más afectada, situada en una de las esquinas de la pista central, para que el problema no se repita en el próximo partido como local del UEMC, el sábado 15 de noviembre (con la visita de Ponferrada). Una solución puntual, dado que hay más goteras repartidas por el pabellón, que tendrá una segunda actuación en 2026, cuando se sustituyan las tres cubiertas (pista central, frontón y gimnasio) bajo un presupuesto de partida de 1,3 millones de euros, tal y como se anuncia desde el ayuntamiento. Una actuación que, a priori, podría paralizar el polideportivo durante al menos cinco meses.

Publicidad

Una camiseta en el suelo para secar la pista central, el pasado sábado. Mar García

La suspensión del partido del pasado sábado, por el momento, está sujeto a una más que posible sanción por parte de la Federación Española de Baloncesto (FEB), que por otra parte obliga a los clubes a disponer de un segundo pabellón alternativo. Mientras llega esa resolución, el club debe hacer frente a los gastos de desplazamiento de la Cultural y Deportiva Leonesa -no así de los cincuenta aficionados desplazados-, y empezar la devolución del precio de las entradas a quien lo desee. Quien lo prefiera, puede quedarse con la entrada a la espera de que haya un acuerdo entre clubes para disputar el derbi. Desde Valladolid se ha planteado el fin de semana del 29 y 30 de noviembre, bloqueado y sin competición por las ventanas Fiba.

El club, que ya debió enfrentarse el curso pasado a varios partidos suspendidos de equipos de cantera por el estado del frontón, se remangará esta semana para dar solución a todos estos problemas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad