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Cvetinovic se dispone a hacer una bandeja ante Stutz y Mbaye.

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Cvetinovic se dispone a hacer una bandeja ante Stutz y Mbaye. Antonio Quintero

Carles Marco devuelve la sonrisa al Chocolates Trapa Palencia

Los morados firman una buena primera parte para diluirse en el segundo periodo y tirar de orgullo para ganar al Força Lleida

Álvaro Muñoz

Palencia

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Sábado, 16 de febrero 2019, 00:34

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Carles Marco ha devuelto la sonrisa al Chocolates Trapa Palencia. Mucho ha cambiado el equipo en tan solo tres semanas con el catalán al frente y eso se escenificó ayer sobre el parqué palentino. Tal vez, el nuevo técnico no haya tocado muchas teclas, pero se ha encargado de coger un rotulador y empezar a dibujar sonrisas en los jugadores del conjunto palentino. Bien lo saben, por ejemplo, Urko, Zubizarreta o Cvetinovic, que lideraron a los morados en la noche de ayer. Entre los aficionados también se esbozaron muchas sonrisas, sobre todo, al inicio del primer periodo, cuando el Chocolates Trapa recordaba al de la pretemporada. Esa sonrisa se fue disimulando en la segunda parte y los aficionados, contentos por ver a su equipo ganar de nuevo en casa, terminaron forzándola.

Chocolates Trapa Palencia

Grimau (12), Sanz (8), Urko (17), Gustys (-), Vasturia (12) -quinteto inicial- Kone (4), Zubizarreta (12), Cvetinovic (16), Hermanson (-), Toledo (-)

81

-

77

Força Lleida

Turner (11), Djuran (11), Mbaye (9), Stutz (18), Quintela (5) -quinteto inicial- Chapela (6), Feliu (2), Steel (-), Fall (4), Kyei (11).

Parecían haber aplicado todo lo practicado los jugadores del Chocolates Trapa en el arranque del partido. Intensidad pedía Carles Marco y sus nuevo pupilos le escucharon para poner en práctica el toque del técnico catalán, que, con pequeñas variaciones sobre el trabajo de Alejandro Martínez, devolvió la ilusión en los primeros diez minutos del cuarto. Tan solo Mbaye inquietó en el inicio a los morados. Los buenos ataques morados se alternaban con contundentes defensas para disfrute del personal. Se echaba mucho de menos el volver a vivir el baloncesto en el pabellón. El potente atacante servía para que los palentinos empezaran a marcar la primera brecha de la noche. Hasta Zubizarreta, con confianza en su muñeca, se unía a la fiesta con cinco puntos consecutivos. El 11-0 de los morados servía para irse a una diferencia de 15 puntos. Ventaja que se redujo hasta los ocho en los instantes finales del primer periodo con el acierto desde el triple de Chapela y Kyei (30-22). El Chocolates Trapa volvía a los treinta puntos en un cuarto, como lo hacía con Martínez en el inicio de la competición y mucho tenía que ver Urko con un 100% en sus tiros.

El potencial ofensivo que ofrecieron en el primer cuarto se diluyó en el segundo por parte de los dos equipos. Las imprecisiones reinaron en los dos bandos y los porcentajes se redujeron en los dos equipos. Cvetinovic era el encargado de volver a los diez puntos de diferencia a favor de su equipo en el inicio del segundo acto. Ventaja que prácticamente no oscilaba con grandes picos. Las escasas canastas se alternaban en los dos campos, aunque en el pabellón se percibía que los morados tenían controlado el marcador. Dos canastas del MVP Otegui obligaban a Serna a solicitar tiempo muerto. No quería que el partido se rompiera más y lo logró gracias a Stutz y su dominio en la pintura rival. Eso precipitaba a Marco a solicitar un tiempo muerto en la guerra de los banquillos. Ningún detalle quería que se le escapase y lo hacía con la actividad que le caracterizaba cuando él era el protagonista sobre el parqué. Los problemas se acrecentaban entre los catalanes cuando la fascitis plantar de Massine Fall le decía basta. El senegalés está sufriendo un calvario con la lesión y ayer se resintió definitivamente al final de la primera parte.

Festival de triples

El tercer cuarto fue el festival del triple de los dos equipos, especialmente para los catalanes, que empezaron a mermar la diferencia a base de lanzamientos desde la línea del 6,75. No se querían ir del partido tan fácilmente y los de Serna enseñaron sus garras con el acierto de jugadores como Djuran y los puntos de Kyei. Los más catorce del inicio del cuarto se convirtieron en un más uno a falta de un minuto para el final. Entre medias, el acierto ilerdense condenaba a los morados, que no sabían cómo frenar a los catalanes. Cuatro puntos de Kyei obligaban a Marco a parar el partido. La igualdad imperaba en ambos bandos y la superioridad de los morados de la primera parte se había evaporado. Tan solo Vasturia, con un triple sobre la bocina, levantaba al público de sus asientos. Más cuatro y todo por decidir en los instantes finales.

La tensión se notó durante todo el cuarto. Los nervios apretaban y atenazaron las muñecas de los jugadores. Habían transcurrido casi cinco minutos del último periodo y el marcador del cuarto reflejaba un paupérrimo 2-3. Muchas imprecisiones y poco juego en este comienzo del desenlace final. A partir del ecuador, la tensión desapareció y las canastas entraron en escena. En un final igualado, el temple de Cvetinovic sirvió para marcar una minidiferencia de siete puntos, que se complementó con la mano de Zubizarreta, que ayer demostró que hay segundo base, de momento. A pesar de todo, el encuentro no se cerraba y Stutz ponía a su equipo a tres puntos a menos de un minuto. Pero llegó la veteranía morada con un triple de Grimau. De esos que noquean al rival con un golpe certero y preciso. Ahí murió el encuentro a favor de un Chocolates Trapa, que aún tiene mucho que mejorar, pero siempre es más fácil con una sonrisa en el rostro. Por cierto, al que no se le ha visto sonreír hasta la fecha es a Calvin Hermanson, que en los dos partidos de Carles Marco aún no ha anotado ninguna canasta.

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