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Remolacha.
Remolacha: un tinte de sabor

Remolacha: un tinte de sabor

Es un alimento bajo en calorías con un aporte interesante en vitaminas, minerales, azúcar y antioxidantes

Ana Santiago

Valladolid

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Sábado, 16 de noviembre 2019, 08:41

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o hay mucha costumbre en España de consumir la remolacha en crudo, pese a su espectacular sabor y textura cuando es tierna y se corta muy fina. Mucho más frecuente es su consumo cocida, y conviene hacerlo sin pelar para que no pierda propiedades, demasiado color y sabor, aunque luego hay que quitarle la primera capa. Es sabrosa en ensalada sola con atún o bonito en escabeche y con cebolla o combinada con cuanto se nos pase por la cabeza, porque la remolacha va bien con lechuga, tomate, maíz y muy suculenta y sorprendente con manzana. Eso sí, mancha tanto que conviene ponerla cuando se va a presentar. También es un toque original hacer gazpachos o salmorejos con ella.

Es un alimento bajo en calorías con un aporte interesante en vitaminas, minerales, azúcar y antioxidantes.

Existen, básicamente, tres variedades de remolacha, utilizadas para distintos fines: la remolacha de mesa, también conocida como Betabel, Betarraga, Roja o de Huerta. Esta, a su vez, se encuentra dividida, según su forma, en esférica o ilustrada, larga e intermedia. Que es la que interesa en cuanto a gastronomía se refiere. También la hay forrajera, cultivada básicamente para la alimentación animal y la azucarera, y es de tonos blanquecinos la dedicada a esta industria.

Las remolachas se pueden encontrar frescas (hojas y raíces) o en conserva (al natural, cocida, agridulces o en vinagre). La variedad de mesa que se adquiere en fresco permanece en el mercado durante todo el año, pero la mejor época para su consumo es en los meses de invierno. Su venta se produce en manojos de raíz, tallo y hojas, dando prioridad a aquellos cuyas raíces sean similares y se elaboren con el mismo tiempo de cocción. Las remolachas se deben conservar en casa en el refrigerador, sin lavarlas, en el interior de bolsas aislantes y separadas de las hojas, ya que estas absorben el agua de la raíz. En estas condiciones aguantarán hasta tres semanas. Y no se deben congelar, ya que se reblandecen y pierden su textura. Si se desea ensalzar su sabor en un plato, bastará con cocerla en agua salada, sin pelar. Transcurrida una hora aproximadamente, se procede a eliminar la piel y aliñarla con aceite de oliva virgen y limón. También resultan sabrosas y dulzonas al prepararlas al horno, manteniéndolas al calor hasta que queden tiernas. Asimismo, las hojas de remolacha frescas se incluyen en cremas, lasañas, ensaladas varias y guarniciones.

España es una gran productora de esta hortaliza, y en particular Segovia, que también la lleva con personalidad a sus mesas.

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