Sabor barbacoa para las alitas de pollo

El pollo entra dentro de las preferencias de los pequeños y jóvenes. Deja abiertas, además, muchas posibilidades, tanto en la parte específica que se elige, como en las diversas vertientes para su preparación. Diego Megías, de diez años, tiene debilidad por las alitas de pollo con salsa barbacoa. Una receta sencilla y asequible, que se puede convertir en una delicia al alcance de cualquiera.

Emulando a los restaurantes Tex-Mex, Diego imita la receta en su hogar en Aranda de Duero. La salsa barbacoa, se inventó en el siglo XIX como el sabroso complemento a cualquier tipo de carne asada. En la actualidad, los alimentos que más emplean en esta salsa son las costillas de cerdo y el pollo asado. Su mayor atractivo reside en que este tipo de salsa combina el sabor ácido con el dulce. Además, se pueden añadir las especias preferidas, a gusto del consumidor, para darle un toque único. Aunque siempre respetando su esencia con ingredientes imprescindibles.

El primer paso para la receta, según detalla Diego, será preparar todos los ingredientes. “Necesitamos un kilo de alas, sal, pimienta, aceite de oliva, agua y una cucharadita de maicena”, explica, mientras coloca los productos en la encimera. En cuanto a la salsa barbacoa, el pequeño chef indica que se puede “hacer casera o comprarla directamente en el supermercado como hemos hecho nosotros”. En la elaboración, Diego se ayuda de un robot de cocina con el objetivo “de que sea más fácil y poder hacer todo el proceso yo solo”. En el caso de que se apueste por una salsa barbacoa casera, los ingredientes imprescindibles serán la salsa de tomate, kétchup, mostaza o algún vinagre, soja y miel, cebolla, ajo y pimienta negra.

Una vez reunidos todos los ingredientes la elaboración comienza cortando las alas en tres partes; para añadir, después, sal y pimienta y colocarlo en el vaso del robot. Se echa luego, el aceite, la salsa barbacoa, el agua y la maicena. “Lo dejamos 30 minutos y… ¡A comer!”. Otra buena opción, más allá del robot, es asarlas en el horno.

A la hora de servir las alitas, Diego apuesta por acompañarlas con unas patatas paja. La receta gusta a toda la familia, adultos y niños. “Para que nos sepan mejor, ¡las podemos comer directamente con las manos!”, exclama Diego preparado ya para degustar el resultado de su receta.

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