Rosquillas horneadas
El pequeño Pablo Arranz, de seis años, elabora junto a su abuela uno de sus dulces preferidos
Tradicionalmente se elaboran con aceite y en la sartén, pero también se puede dar la vuelta a la receta y optar por hornearlas. Las rosquillas se convierten en uno de los dulces favoritos de los más pequeños. También, por su sencilla elaboración, una de sus primeras incursiones en la cocina.
Pablo Arranz, de seis años, vive junto a sus padres en La Puebla de Arganzón, en la provincia de Burgos, aunque adora cocinar con sus abuelas que residen en Palencia y Aranda de Duero, respectivamente. En este caso, ha viajado hasta tierras palentinas y junto a su abuela Celia, se ha puesto el gorro y el delantal para convertirse durante la mañana en un pequeño chef. La elección de la receta no la ha dudado ni un segundo, sus rosquillas preferidas al horno.
El primer paso será conseguir los ingredientes y prepararlos sobre la encimera de la cocina. «Necesitamos leche condensada, harina, huevos, ralladura de naranja, levadura y también canela«, detalla el pequeño haciendo memoria y ayudado por los 'chivatazos' de la abuela. Todo está listo para empezar con la elaboración de las rosquillas y Pablo comienza batiendo los huevos. «Los ponemos en un bol y los empezamos a batir, que es muy divertido«, desvela encantado el mini cocinero. A los huevos se añaden la ralladura de naranja, la harina, la levadura y la canela. Si se tiene paciencia, lo ideal es tamizar la harina.
«Tengo las manos limpias, me las acabo de lavar», dice Pablo, a sabiendas de que es un requisito imprescindible para el siguiente paso: «¡Vamos a amasar!». Durante un buen rato, el pequeño manipula la masa hasta que queda lista para empezar a dar forma a las rosquillas. «Un circulito con un agujero dentro, para que queden bien y se coloca en la bandeja», precisa.
Ahora llega el momento del horneado. Serán necesarios quince minutos a una temperatura de 180º y el aguante suficiente para esperar el resultado. «No son las rosquillas tradicionales, utilizo otra receta. Lo habitual es freírlas en una sartén, pero así no tienen tanto aceite y me gusta más el resultado», detalla la abuela Celia, mientras esperan que salte la alarma del horno que anuncie que están listas. El pitido llega y las rosquillas son una realidad. Pablo y su hermano pequeño, Alejandro, darán buena cuenta de ellas, pero antes el chef posa orgulloso con el resultado de su receta. Después, solo queda degustarlas.
ROSQUILLAS HORNEADAS
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INGREDIENTES: 200 ml de leche condensada, 250 gramos de harina, 2 huevos, ralladura de una naranja, 1 cucharadita de levadura y una pizca de canela.