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Vampirización de langostinos a l'ast en su versión mexicana y alioli.. Plácido
Modernidad abierta a otras cocinas

Modernidad abierta a otras cocinas

Experiencias en el corazón de Salamanca y con un clara finalización artística

plácido

Jueves, 3 de enero 2019, 13:05

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En pleno centro de Salamanca, a unos pasos de ese gran hall que es la bella y espectacular Plaza Mayor, se encuentra el restaurante El Pecado, un lugar donde se apuesta por una cocina creativa y actual de raíces clásicas. Está ubicado en un bello edificio de varias plantas. Debido a las escaleras, la accesibilidad es uno de los grandes hándicaps de este establecimiento. En la primera planta, el comedor principal muestra paredes de ladrillo visto y con el color gris como protagonista, con una decoración cuidada y algún detalle de estilo industrial, con estanterías ocupadas por libros y botellas vacías como principales elementos estéticos. Un acogedor lugar para pecar, gastronómicamente hablando. Buen servicio y una bodega más que interesante.

El Pecado funde el elemento culinario con una puesta en escena cuidada. No es de extrañar, ya que el alma mater de esta idea es Luis Miguel Fernández, un hombre que llegó a la gastronomía desde la expresión artística. De ahí que cada plato ofrezca un importante impacto visual, con toques originales y elaboraciones que entran por los ojos. Sorprender como primer paso. En los primeros platos, original una vampirización de langostinos a l'ast en su versión mexicana y alioli. Se trata de una brocheta de langostinos rebozados en polvo de nacho, acompañados con soja y alioli. Rumbosa presentación de un plato que no cumple tantas expetactivas en el paladar. Algo parecido sucede con el carpacho de bacalao ahumado, pimiento rojo y guacamole. El grosor de bacalao resulta excesivo y la mezcla, algo anodina.

Cóctel de lentejas de El Pecado de Salamanca.
Cóctel de lentejas de El Pecado de Salamanca.

El nivel sube con los segundos platos. Delicioso el salmón con manzanilla de Sanlúcar y espárragos templados. Aquí se logra un perfecto equilibrio entre los ingredientes. Un salmón de máxima calidad que engrandece la elaboración. Lo mismo sucede con una ternera que se exhibe en una hamburguesa artesana presentada en pan de pita, hoisin (popular salsa china) y salsa barbacoa. La calidad de la materia prima ennoblece de nuevo el plato para deleite del comensal.

En los postres, meritoria la sopa de frutos rojos con mascarpone. Una preparación no muy complicada, pero perfecta para acabar de pecar en este establecimiento del centro de la capital charra.

En definitiva, fogones actuales con toques de otras cocinas internacionales, como la mexicana o la china, en los que sobresale un buen producto y originales presentaciones de nivel notable, aunque en algún caso resulten más atractivas a la vista que al paladar.

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