Las torrijas, el postre estrella de la Semana Santa

Se dice que había un postre similar en la época romana, si eso fuera así, podrían ser uno de los dulces más antiguos de la historia. Siglos más tarde, las torrijas, tal y como las conocemos, aparecieron en primera instancia como alimento de pobres, ya que eran la mejor opción para coger fuerzas usando productos de bajo coste. Fue este el punto que las vinculó a la Cuaresma. En la postguerra, al no poderse comer carne durante Semana Santa, se popularizó como fuente de energía.

En La Posada de Las Baronas, en la localidad burgalesa de Santa Cruz de la Salceda, Nuria Leal es toda una experta en el mundo de las torrijas. Es más, en el año 2018, se llevó el segundo premio en el concurso de 'Las Mejores Torrijas de España'. «Os voy a mostrar la receta con la que ganamos ese galardón. Seguro que vosotros en casa también tenéis recetas exquisitas, pero aquí os lanzo mi propuesta», explica Nuria, dispuesta a comenzar con su elaboración.

Sobre la encimera no pueden faltar los ingredientes. Huevos, leche, azúcar, pan, canela en rama, miel, canela en polvo y corteza del limón. «Nosotros utilizamos un pan blanco de la panadería hermanos Sancha de Vadocondes. Pero, de verdad, lo podemos hacer con cualquier tipo de pan. Sí que es recomendable tenerlo de un día para otro para que se pueda trabajar mejor», indica la cocinera.

El paso siguiente es poner en una cazuela la leche con el azúcar, una corteza de limón y un palito de canela en rama. «El truco no es dejar una noche entera el pan mojado en la leche, sino calentar mucho la leche. Cuando esté hirviendo, la retiramos del fuego, y metemos el pan», detalla Nuria. En este sentido, advierte que al estar la leche tan caliente «es más costoso trabajar el pan», aunque el resultado «merece la pena».

El pan se ha expandido al empaparse en la leche caliente, y ahora toca el turno del rebozado. «Vamos sacando el pan con la espátula, lo mojamos en el huevo batido y se fríen. Cuando están doraditas, las vamos sacando del fuego y las escurrimos en papel». Aunque a primera vista parece un postre muy laborioso, «no es así, veis como hemos tardado poco», anima la responsable de la Posada de Las Baronas.

Ahora queda la decoración. Se mezcla azúcar y canela en polvo y se espolvorea por encima. Otra de las opciones es poner un poquito de miel. «La gente se suele decantar por una cosa u otra, a nosotros nos gustan las dos juntas», devela Nuria. La propietaria de Las Baronas anima a imitar la receta y a hacer los pinitos en el mundo de las torrijas. En cualquier caso, para aquellos que decidan que los fogones no son lo suyo, se pueden degustar en el establecimiento de Santa Cruz de la Salceda, también recoger para comer en el hogar, e incluso se las llevamos a casa dentro de los encargos a domicilio. No hay excusa para no disfrutar de unas exquisitas torrijas esta Semana Santa.