Recetario Degusta

Esponjosa y sabrosa tarta de queso al estilo Mario

Mario Romero de once años enseña cómo preparar un postre casero

Andrea Díez

Valladolid

Domingo, 25 de abril 2021, 15:00

Es uno de los postres más populares entre los amantes del dulce y habitual elección en los restaurantes para finalizar la comida con un buen ... sabor de boca dulce. Para Mario Romero, de once años, es sin duda la opción perfecta para comer, pero en cualquier momento del año. Audaz comentarista de videojuegos y acostumbrado al ritmo frenético de esta afición encuentra los momentos de sosiego en la cocina. Porque para preparar esta tarta de queso, la celeridad no es un punto.

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Así que con tranquilidad y ejercitando la paciencia este joven vallisoletano se pone manos a la obra. Gorro para cocinar, mandil para no ensuciarse y listo para comenzar con la tarea del día, es el encargado del postre, eso sí con supervisión materna para evitar equivocaciones en las medidas, «a mi madre le encanta cocinar hace platos estupendos. Pero cuando estoy yo haciendo algo está pendiente de echar una ojeada», explica.

La tarta de queso al estilo Mario se prepara con medio litro de nata, un kilo de queso cremoso, 400 gramos de azúcar, una taza de harina y siete huevos. La recomendación de Mario para comerla, «pues yo creo que de postre está bien, pero si se te antoja incluso de desayuno», apunta. Así que está claro que esta es una de las recetas favoritas de este joven que hace sus pinitos en la cocina con el objetivo, no solo de hacer una buena tarta de queso, «A mí lo que me gusta de la cocina es que lo haces tu mismo y cuando la gente te dice que está rica pues es un orgullo. Aunque si me sale algo no muy bueno me animan siempre para motivarme» señala.

Su próximo objetivo, culinariamente hablando, es «algún día me gustaría sorprender y hacer yo mismo un arroz a la zamorana». Este plato, es más complicado, pero entra en su lista de favoritos, «a mi madre se le da muy bien y creo que a mí también me puede salir muy bien», afirma mientras va echando en un recipiente todos los ingredientes en orden para ir mezclándolos poco a poco.

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Primero la nata, después el queso y se va removiendo. A continuación, el azúcar, la harina y los huevos. Debido a las cantidades la masa es difícil de batir a mano así que nunca está demás contar, por ejemplo, con una batidora eléctrica que ayude en el proceso. Antes de verterlo al molde desmontable se forra con papel de horno. Si sobra mucho se recorta y se engrasa un poco para evitar que se quede pegado. Con el horno ya precalentado solo queda dejar que se haga a 200 grados durante cincuenta minutos. Eso sí, para que quede la masa uniforme se utiliza una lengua para alisar la superficie.

Los pasos son sencillos y los ingredientes fáciles de encontrar, pero «para mí, la mayor dificultad es el horno porque es mejor estar pendiente y que no se queme», indica. Transcurrido el tiempo se deja atemperar y listo. Se puede decorar con uno poco de mermelada o degustarse tal cual.

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