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Los propietarios del establecimiento, Walter y Zaruka, posan con dos de sus especialidades. Gabriel Villamil

El rincón inca de Castilla y León

La comida peruana desmitifica el picante de su gastronomía dede el Zaruka vallisoletano

andrea d. sanromá

Valladolid

Viernes, 29 de junio 2018

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Pescado marinado con limón, camote y choclo. Estos son los ingredientes básicos con los que conquista el restaurante Zaruka. Se trata del ceviche, un plato que aunque se prepara en casi toda Latinoamérica tiene a Perú como principal embajador de esta delicia gastronómica. Y en el caso de Valladolid, el buen hacer de Zaruka Rueda y Walter Chauca.

Una atractiva alternativa en la hostelería de Castilla y León que nos permite descubrir nuevos sabores sin salir de España. Y lo consiguen, con un buen pollo a la brasa. «Aquí lo han aceptado muy bien y a los niños les encanta», afirman. También gusta la papa rellena con carne picada y guisada con cebolla y ají panca. Además, aprovechan para desmentir, «la comida peruana no pica, eso es un falso mito». Y además presentan opciones más sencillas como el anticucho, una variante de las brochetas y platos más elaborados. «Es muy tradicional de la zona alto andina, puede ser de carne, ternera, pollo, patata, camote, habas…», detallan.

La pareja se aventuró a abrir su propio negocio después de haber trabajado en Madrid y Peñafiel. «Cuando queríamos ir a comer a un restaurante peruano no encontrábamos. Así que nosotros decidimos apostar por algo que conocemos», explica Walter.

Entre sus anhelos, el deseo de que se acerque a conocerles su paisano, el prestigioso chef Víctor Gutiérrez. «Nos gustaría mucho que viniera y nos conociera», afirman.

Naturales de Cuzco, del Valle Sagrado de los Incas, Zaruka comenzó tras los fogones con ocho años en un pequeño restaurante familiar donde su madre preparaba lechones asados. «Mi abuela paterna me enseñó todo lo que sé. Siempre tengo en la cabeza sus consejos». Precisamente, su inquietud por seguir formándose le llevó a realizar sus estudios de hostelería y ahora proyecta dar a conocer la hamburguesa de Perú, basada en una receta materna.

Por su parte, Walter, que se encarga de la sala, indica que toda la decoración refleja la simbología de su país, presente no sólo en su gastronomía. «Explicamos la historia de todos los platos que llegan a las mesas», concluye.

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