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Esa montaña no tan lejana

El proyecto Cumbres para Todos para personas con movilidad reducida completa en su primera edición cuatro ascensos a picos emblemáticos de la comunidad

Juan J. López

Valladolid

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Jueves, 6 de diciembre 2018, 18:44

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En el horizonte aparece la figura de un gigante. En unas ocasiones se llama Valdecebollas, con la nada despreciable talla de más de 2.100 metros; y, en otras, Peñalara, que rivaliza en la lejanía con sus casi 2.500 metros de estatura.

Los dos colosos cuentan desde este año una nueva historia, que en su tamaño –valga la redundancia– rivaliza con los 'ochomiles' septuagenarios de Carlos Soria o la historia del Everest del mismísimo Reinhold Messner o su compañero del Princesa de Asturias, el polaco Krzysztof Wielicki. Las dos montañas han sido testigos de una de esas historias que abrirá huella –continuando con la jerga montañera–. Un proyecto que marcará el camino para que personas con movilidad reducida puedan alcanzar lugares que hasta hace bien poco solo aparecían en sus mejores sueños.

La utopía onírica se ha materializado gracias a la puesta en marcha del proyecto 'Cumbres para Todos', impulsado por la Federación de Deporte Adaptado de Castilla y León. Este programa ha dispuesto cuatro rutas accesibles para personas con discapacidad gracias al uso de la silla Joëlette. Este invento de origen francés consiste en una silla de ruedas todorreno en la que unos portadores arrastran a la persona con discapacidad hasta su meta.

En Castilla y León las primeras cuatro rutas accesibles han llevado a 'Cumbres para Todos' hasta el Pico Valdecebollas, en Palencia; a las Lagunas de Neila, en Burgos; al Pico Jario, en León; y al Peñalara, por la vertiente segoviana.

1. Pico Valdecebollas (Palencia)

La ruta comienza en el Alto del Golobar, en el refugio, en el término municipal de Brañosera. Consta de un trazado de casi seis kilómetros y 800 metros de desnivel acumulado, en el que el recorrido tiene dos principales ascensos, un poco abruptos para la silla Joëlette. La senda también se encuentra marcada por el paso de las múltiples vacas lo que dificulta la pisada y obliga a que los senderistas con deficiencia visual –aquellos que ascienden con la llamada barra direccional y la ayuda de dos 'pilotos'– tengan que estar muy atentos a las indicaciones de sus compañeros de barra. Una vez en la cumbre, el retorno se realiza por la misma senda hasta el Golobar, en un descenso relativamente cómodo.

2. Pico Peñalara (Segovia)

La ruta comienza en el Puerto de Cotos. Se trata de uno de los ascensos clásicos al Pico Peñalara y que entraña la dificultad de que el camino está roto en muchas zonas. Se trata de una senda de poco más de once kilómetros y, eso sí, más de 1.000 metros de desnivel acumulado. La exigencia de este trazado está precisamente en su extensión y desnivel, que se puede extender en el tiempo y que, en el caso de la sillas Joëlette, requerirán de varios pilotos para irse turnando. Una vez coronados los casi 2.500 metros del techo de Madrid y Segovia, el descenso se realiza por el mismo camino sin demasiadas complicaciones.

3. Pico Jario (León)

Los Picos de Europa, en el año de su centenario, también disponen de una ruta accesible. Esta parte de Vegabaño para llegar hasta el Pico Jario (1.960 metros). Se trata de una de las ascensiones más mágicas del proyecto gracias al entorno privilegiado de este sistema montañoso. Cumbres escarpadas a las que sujetan bosques de haya y roble. El trazado también es relativamente accesible aunque consta de más de doce kilómetros y 1.000 metros de desnivel acumulado. La ruta es de ida y vuelta.

4. Lagunas de Neila (Burgos)

Las Lagunas de Neila son otro de los lugares místicos de la geografía castellana y leonesa. 'Cumbres para Todos' plantea una ruta circular por un parque natural con vistas a las distintas lagunas glaciares a los pies del Pico Campiña: Negra, Cascada, Tejera, Haedillo, Larga, Pardillas, Patos y Brava. Se trata de un recorrido muy accesible de seis kilómetros y 500 metros de desnivel acumulado, cuya única complicación está en la posibilidad de encontrarse una meteorología adversa.

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