En el cruce de caminos de tierra y de agua
El entorno de Frómista reúne el encuentro de la ruta peregrina a Santiago con la Vía Lebaniega y el Canal de Castilla para conformar un espacio donde se disfruta de la gastronomía
En muchísimas guías de turismo se señala tal o cual lugar, ciudad o enclave como un punto estratégico que en el pasado fue encrucijada de ... caminos, lugar en el que se encontraban esta y aquella vía de trascendencia comercial o militar, cultural o todas al tiempo. Frómista es uno de esos puntos en el mapa de las migraciones de la Humanidad. Surgida a finales de la alta Edad Media, la villa es desde entonces el lugar de paso de al menos cuatro recorridos importantes, dos de ellos de norte a sur y los otros dos de este a oeste. Entre los primeros, destaca la ruta de los foramontanos, el recorrido de los cristianos que regresaban al valle del Duero una vez finalizadas las invasiones musulmanas procedentes de Al Andalus y asegurada la línea al sur del gran río castellano y leonés con fortalezas como la de Simancas.
La segunda es una ruta peregrina, la que desde Palencia conduce hasta la localidad cántabra de Santo Domingo de Liébana, una vereda que se cruza, precisamente en Frómista, con el Camino de Santiago, que conduce a los peregrinos desde Europa hasta la tumba del apóstol en Galicia. Estas tres rutas tenían importancia en la Edad Media e hicieron de Frómista una villa rica en la que hoy sus tres iglesias son además de templos también museos.Llegó la decadencia con la Edad Moderna, pero quiso la Ilustración que tres siglos después, fuera de nuevo en tierras fromisteñas donde estas rutas se encontraran con el Canal de Castilla, el viaje del agua que remontaba los trigos de Castilla desde Valladolid, Medina de Rioseco y Palencia hasta los puertos del norte.
El viajero accede así hasta la joya arquitectónica del lugar, la iglesia de San Martín de Tours, bien desde el sur procedente de Palencia o a través del Camino de Santiago, que comparte un tramo precisamente con el Canal de Castilla hasta cruzarlo sobre el pequeño puente situado junto a la antigua casa del esclusero, hoy oficina de turismo y lugar de información para los peregrinos. Es posible incluso realizar parte de este trayecto en barco a través de las dos embarcaciones que en Palencia llevan a cabo distintos periplos por el histórico cauce fluvial. Disfruta además el visitante de un conjunto de esclusas que permitían a las barcas superar el mayor desnivel de todos los que existen en este complejo de ingeniería.
San Martín de Tours, fundado por la reina Doña Mayor como uno de los dos edificios de un convento benedictino es todo un estudio del arte románico que fue declarado Monumento Nacional (actual BIC) en 1894. Mandado construir por Doña Mayor de Castilla en torno al año 1066, fue ampliado a lo largo de los siglos con diferentes estancias, aunque en su restauración se recuperó su estructura original como ejemplo de la arquitectura de este estilo medieval, con decoración formada por impostas de taqueado jaqués, capiteles con iconografías vegetales, animales e historiadas y los canecillos, pequeñas figuras que decoran los aleros de los tejados.
En su interior, el templo cuenta con una de las mejores colecciones de capiteles románicos, con cerca de cincuenta temas, entre las que destacan Adán y Eva y la adoración de los Reyes Magos.
Santiago y las Cantigas
Frómista es el final de la sexta jornada del Camino de Santiago recogido en el Codex Callixtinus, y en ella comienza la siguiente, con destino a Carrión de los Condes, a 19 kilómetros a través de una llanura sembrada de cereal que brilla antes de la cosecha en amarillos pegados en la distancia al azul de un cielo despejado. El recorrido, a través de un camino bien marcado, está cuajado de albergues. En Frómista hay cuatro, uno municipal. Casi a la mitad de esta ruta se encuentra Villalcázar de Sirga, cuya iglesia de Santa María la Blanca fue templo, fortaleza y encomienda de los templarios, con tres naves separadas por pilares cruciformes, y cinco ábsides en la cabecera, con doble portada en el sur, y frisos en los que se resguardan cincuenta esculturas.
Destacan en su interior los sepulcros del infante Don Felipe, hijo de Fernando III El Santo, y de su esposa, Doña Leonor Ruiz de Castro, considerados obras cumbres de la escultura gótica castellana. Conservan restos de policromía y narran la heráldica, los atuendos y las costumbres del siglo XIII. A la imagen sedente de la Virgen Blanca, cuya figura puede verse también en el interior, dedicó Alfonso X El Sabio buena parte de sus Cántigas.
Frómista cuenta con otras dos iglesias que también son museos, las de San Pedro con su muestra de Arte Sacro y la de Santa María del Castillo, que alberga el montaje multimedia 'Vestigia', dedicado al Camino de Santiago.
La pieza del milagro
El turista podrá conocer también en la localidad la denominada 'Piedra del Milagro', una estela ante la casa donde vivía en 1453 Pedro Fernández de Teresa, protagonista involuntario del milagro, que consistió en que cuando el sacerdote fue a darle la comunión en su extrema unción la hostia no quiso separarse de la patena y fue entonces cuando Pedro recordó un pecado que no había confesado. Tras confesarlo, pudo por fin comulgar. En el templo adjunto se conservan la patena y partes de la ropa de consagrar del sacerdote.
Frómista es además cuna de Pedro González Telmo, el patrón de los marineros.
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