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Enoturistas extranjeros en la bodega Pago de Carrovejas en Peñafiel. Agapito Ojosnegros Lázaro

El vino como aglutinador turístico en Castilla y León

Las bodegas se especializan en turistas internacionales

Viernes, 20 de mayo 2022, 17:57

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Como en cualquier ámbito de negocio, en el enoturismo también resulta obvio que es fundamental la profesionalización, un campo «más o menos reciente, podemos hablar de 20 años, y en el que ahora mismo se está notando una gran densidad, incluso mucho más que antes», señala Jorge Febrero, gerente de la Escuela Superior de Enoturismo de Castilla y León (ESE), centro docente con sede en Valladolid. Si hablamos de bodegas, «sus departamentos de comercialización y de exportación siempre han sido muy profesionales», mientras que «en el de enoturismo, o la figura del guía enoturístico, hemos avanzado más despacio». De hecho, la primera escuela que imparte esta formación es la de Castilla y León, y desde hace solo seis años.

El gerente de la ESE no se atreve a afirmar que el del vino sea el tipo de turismo con más fuerza en la región, pero sí asegura que «es el aglutinador» del abanico de propuestas de la Comunidad Autónoma. «Es la excusa perfecta para salir, es el elemento transversal que une un poco todo y que abarca muchos campos, muchos sectores», añade. El problema, y también la oportunidad, es la falta de profesionales.

Otra faceta a destacar es la diferencia entre el visitante nacional y el extranjero. El foráneo «busca más la experiencia, está dispuesto a invertir más en lo que es la visita y en la compra de vino. Podemos decir que es casi su objetivo primordial. De hecho, hay bodegas que se están especializando en clientes internacionales porque el margen de beneficio que dejan en ellas es mucho más elevado. En cambio para el nacional el enoturismo es un complemento».

Entre los visitantes internacionales cabe mencionar a los vecinos portugueses, muy interesados en la oferta enoturística de la región.

El enoturismo es además una buena forma de hacer marca y de fidelizar al cliente a través del contacto directo, comparte el gerente de ESE, quien, de la misma forma, estima que «en esto Castilla y León tiene que trabajar mucho, porque, en otros lugares del mundo, como por ejemplo Napa Valley, el 80% de sus vinos lo venden en las bodegas, mientras que en Castilla y León la bodega más ambiciosa tiene como objetivo llegar al 30%, y otras muchas están en el 20%. Ahí hay un potencial del que todavía no se es consciente». De ahí la tarea de concienciación que realizan desde la Escuela Superior de Enoturismo y desde las administraciones, la de mostrar «que este turismo es mucho más que recibir a la gente en la bodega: es fidelizar, es hacer 'branding', algo que aumenta muchísimo los márgenes de beneficio en la venta del vino».

En la ESE es vital fortalecer esos conocimientos, articulados y gestionados con la comunicación directa, verbal y corporal, la dinamización de grupos y la comunicación digital. «Hoy cualquiera bodega con un pequeño presupuesto puede hacer una campaña de comunicación muy buena a través de redes sociales, de ciertas plataformas; eso es algo básico, de hecho, la competencia digital es lo que más potenciamos y trabajamos». En definitiva, los profesionales formados son lo más valorado por los visitantes. Son la voz de la bodega cuando atienden la reserva, y la seductora voz del vino cuando se visita.

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