La vendimia a vista de pájaro
Anticiparse a los problemas. Los drones aportan información del viñedo que permite mejor su rendimiento y reducir el uso de fitosanitarios
Planean sobre los viñedos, obteniendo una radiografía que permite adentrarse más allá de lo que se ve a primera vista. En ocasiones, se dedican ... en exclusiva a captar instantáneas y vídeos de calidad con las impresionantes vistas aéreas que dejan las cepas y el terruño. Pero, además de la parte estética, los drones trabajan como aliados de la viticultora de precisión. Vuelos espías que aportan información clave para aumentar la producción, mejorar la calidad y descubren las necesidades y carencias que permiten anticiparse a muchos de los problemas que puedan surgir en la planta.
La época de vendimia es una de las fechas marcadas como imprescindible en las agendas de vuelos programados de drones para mapear y conocer el índice de vigor en las viñas. Al momento de la recolección de la uva, se une el tiempo de la poda, la llegada del envero y la floración de la vid. Un calendario completo que marca cuatro vuelos durante el ciclo para conseguir una información completa y objetiva que ayude a la toma de las decisiones adecuadas.
«Lo que miramos son índices de vigor, durante todo el año realizamos unos vuelos, cuantos más mejor. Se zonifican las parcelas y el dron hace una serie de fotografías con una cámara multiespectral. Con ello y un análisis posterior con un programa específico, podemos ver las carencias y déficit del viñedo.», explica Fernando López, responsable de la empresa Vistadrone.es, que realiza labores de mapeado en varias bodegas de la Denominación de Origen Ribera del Duero.
Tras analizar las conclusiones que se extraen en los vuelos, según el experto, se puede determinar, por ejemplo, si la planta tiene problemas de hongos o enfermedades, si hay faltas en alguna zona concreta, e incluso si el ritmo de crecimiento es rápido o lento. «Lo más importante para el viticultor es que le damos pistas sobre posibles problemas que pueda tener en la viña en el futuro, o problemas que ya estén manifestados, y con ello se actúa con rapidez».
El sector habla de un trabajo de largo recorrido con un periodo óptimo de alrededor de tres años. Tiempo necesario para conseguir la información suficiente para elaborar un cuaderno de campo fiable que defina actuaciones que propicien una mejora en la producción y la calidad de la planta, del fruto y del vino. «Con todos estos datos, se puede ir por delante para tomar medidas ante posibles heladas, conocer si tienen que meter riego o no. También propiciará la reducción del uso de fitosanitarios que supone ser más ecológico y un ahorro económico», afirma Fernando López.
En cualquier caso, esta tecnología dirigida a la viticultura de precisión a través de las alturas, todavía se encuentra en pleno desarrollo. Una de las asignaturas pendientes está en lograr determinar, gracias al vuelo, la cantidad de uva, incluso el número de racimos. «Ahora es más difícil detectar el fruto, la hoja la tapa y no deja ver. Con inteligencia artificial, que está en desarrollo, sí se podría hacer un cálculo muy aproximado, incluso ver la maduración, pero eso más adelante, van avanzando día a día»
Las nuevas tecnologías aéreas han llegado a la viña para quedarse, y sobrevuelan la vendimia tomando buena nota.
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