«La calidad tiene que ser nuestro principal argumento de venta»

–La elección de presidente llegó cuando se agotaba el plazo marcado. ¿Ha sido dura la negociación?

–La realidad es que no ha sido fácil porque había posturas encontradas, pero lo que hemos intentado es buscar al final el consenso y, además, practicarlo para el futuro. Es cierto que tal y como está compuesto el pleno del consejo necesitamos ir negociando bastantes asuntos con la parte viticultora y parte de las bodegas. Al final, como siempre, en un acuerdo de varias partes, es importante llegar a consensos.

–¿Qué pensó al ver su nombre sobre la mesa como candidato a la Presidencia?

–¡Socorro! (risas). La verdad es que al principio me lo pensé porque sabía que estos años iban a ser muy complicados. Es difícil salvar la parte profesional, la parte personal y la responsabilidad de estar al frente del Consejo Regulador. Sí que me había presentado a las elecciones, aunque al final no salimos, y lo hice buscando una continuidad a lo que se había hecho en los últimos años. Dentro de ese proceso de continuidad, mis compañeros me pidieron que me presentara, más bien que me presentaban ellos… Al final, di el paso.

–Parece claro que ha pesado su perfil personal, además del profesional…

–Soy una persona que apuesta por la negociación y los consensos. Seguro que algún enemigo tendré, pero la verdad es que en general me suelo llevar bien con todo el mundo. Entiendo que hay que ser dialogante, tiene que haber dialogo por encima de cualquier otra cosa, buscando el bien de la Denominación de Origen.

–Hablemos de futuro… De los principales objetivos como presidente.

–Lo primero el dialogo, que las cosas se debatan. Va a haber problemas, seguro, pero hay que solucionarlos. Por otra parte, que la marca Rueda se siga conociendo como una de las principales denominaciones de España y que podamos crecer a nivel internacional, que es el reto más importante que tenemos.

–Es indudable que Rueda se ha convertido por muchos aspectos en referente en los vinos blancos, pero se enfrenta también a un problema importante, el de la superproducción. Se intentó, el pasado año, una bajada de rendimientos que no obtuvo el visto bueno de la Junta. ¿Cómo se puede equilibrar ese problema que se ha hecho tan evidente en los últimos tiempos?

–Sí que es cierto que es un problema que puede ser importante, lo que sucede es que la parte viticultora busca intereses que le representen y por eso tenemos que buscar acuerdos. Aquí, la clave está en intentar que no haya una imagen distorsionada de lo que es la Denominación de Origen, conseguir que los vinos no caigan en precio porque eso perjudicaría a todos. Al final, las bodegas necesitamos tener unos precios razonables para que luego toda la rentabilidad que tienen las bodegas se pueda ir plasmando en el resto de la cadena de valor. Los viticultores deben pensar que su negocio está también dentro de los acuerdos que tengamos para revalorizar su producto.

–El crecimiento desmedido de hectáreas llevó hace unos años a prohibir las nuevas plantaciones.

–Eso fue muy importante, costó en su momento y fue una negociación dur Finalmente salió, se llevó a cabo y siempre buscando que la denominación crezca de manera sostenible, pero con parámetros de calidad. La calidad tiene que ser nuestro principal argumento de venta.

–El nuevo vicepresidente, Mariano González, manifestaba estos días que uno de los objetivos de los productores es garantizar la seguridad del 4% de la vendimia mecánica.

–Es una negociación que también tenemos que tener. Al final el 4% es un tema que no es competencia del reglamento, sino que va en el pliego. Tenemos que verlo porque no es fácil encajar esa problemática, hay que solucionarlo. Estoy seguro de que viticultores y bodegas queremos lo mismo. No hay que olvidar que las bodegas también somos viticultores y nuestra cercanía tiene que estar ahí.

–A pesar de la pandemia, se ha vivido un récord de ventas. ¿Cuál ha sido la clave?

–Hemos sido la principal denominación que ha crecido en España, hemos conseguido un hito en ventas. Ha sido gracias a que Rueda como vino de referencia está en casi todos los establecimientos de España, ya sean bares, restaurantes, vinotecas, alimentación…

–Crecer en el exterior es uno de sus retos principales en la Presidencia, ¿cómo lo conseguirá?

–Tiene que ser una de nuestras labores más importantes. Tenemos que seguir apostando por la promoción internacional, porque es la sinergia que nos va a llevar a un posicionamiento mucho mejor. No es tarea fácil, porque es cierto que en los mercados que estamos ya vamos a crecer de forma sostenible, poco a poco, y tenemos que intentar ir a buscar otro tipo de mercados que nos ayuden a dar ese salto. Tampoco hay que olvidar que también las bodegas tenemos que poner nuestro esfuerzo, tenemos que ir a esos países para intentar referenciar las marcas allí.