Agustín Alonso en un viñedo de la Ribera del Duero. Fran Jiménez

Adiós, Agustín

Las vendimias en la Ribera del Duero nunca volverán a ser iguales desde que nos dejó el director técnico, un gran conocedor de la viña y los suelos ribereños y un gran catador

Nieves Caballero

Viernes, 10 de septiembre 2021, 14:01

El sector del vino se ha vuelto a ver sumido de nuevo en la tristeza por la pérdida de un profesional de los pies a la cabeza. Nos dejó Agustín Alonso, el director técnico del Consejo Regulador de la Ribera del Duero, gran conocedor de la viña y los suelos ribereños y un gran catador. Como me decía el sumiller Tomás Vega al darme la triste noticia el pasado 30 de agosto, Agustín era un hombre del renacimiento, y yo añadiría que un hombre de gran inteligencia y enormes deseos de saber. Este año y las siguientes, las vendimias no volverán a ser como antes en la Ribera del Duero porque Agustín era imprescindible.

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Todavía recuerdo como si fuera ayer, un recorrido por los viñedos con Agustín para mostrarnos los distintos tipos de suelos de la Ribera del Duero con el objetivo de realizar un reportaje para El Norte de Castilla, junto a mi compañero fotógrafo Fran Jiménez. Fue en 2017 por estas fechas, poco antes de la vendimia. En aquella ocasión el enólogonos explicaba los factores que favorecen que las bodegas de la Ribera del Duero puedan elaborar vinos singulares, con mucha personalidad, potentes y al mismo tiempo elegantes. El paisaje, el clima, el suelo, la altitud y la variedad tempranillo, la cultura vitivinícola y los viticultores permiten que se produzca el milagro en esta comarca, según defendía siempre Agustín. Gracias a sus conocimientos y a seguir sus pasos por los viñedos, la diversidad de la Ribera del Duero se nos presentó como un libro abierto.

Siempre con su buen humor y con su sorna a cuestas, este leonés de nacimiento y ribereño de corazón era capaz de contagiar a los demás su pasión por el vino y también por la montaña, donde por desgracia perdió la vida. Después de compartir muchas catas con él, siempre dispuesto a colaborar con el resto de denominaciones de origen de Castilla y León para calificar sus añadas, y de aprender mucho con él sobre la Ribera del Duero, me siento agradecida por su generosidad y lamento su marcha. Me gustaría expresar mi pésame de corazón a su mujer Chus y a toda la familia ribereña, especialmente a su compañera la periodista Rebeca Ruano. A pesar de tu ausencia, brindamos por ti con una copa de buen vino de la Ribera del Duero. Adiós, Agustín, te echamos mucho de menos.

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