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Videojuego 'Dragon Quest XI'. El Norte
Zona gamer: Vuelve el videojuego que paralizó un país

Zona gamer: Vuelve el videojuego que paralizó un país

'Dragon Quest XI' llega para reafirmar dos cosas: que los juegos de rol japonés han sido desde siempre un pilar fundamental para el sector, y por qué es la serie que lo empezó todo

eduardo m. espallargas

Valladolid

Domingo, 28 de octubre 2018

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Son pocos los que no conocen a Akira Toriyama (Nagoya, Japón, 1955). Quizás a algunos el nombre no les dice mucho (los menos), pero si ya les mencionas 'Dragon Ball', entonces empiezan a tirar del hilo y descubren que se trata del creador e ilustrador de una de las series de animación más importantes de la historia. Pero su trayectoria va mucho más allá de las aventuras de Goku, Vegeta, Trunks y compañía, especialmente si tenemos en cuenta que en el sector de los videojuegos también ha dejado una impronta de lo más relevante. La última gran demostración de su arte es 'Dragon Quest XI', nuevo capítulo de una saga histórica que llega por fin a Occidente para demostrar que la tradición rolera japonesa aún tiene mucho que ofrecer.

Son los pequeños gestos y las gestes anónimas las que configuran la Historia. Frase que aquí puede sonar grandilocuente y fuera de lugar. Ahora bien, si por Historia nos referimos a la carrera de Toriyama, muy posiblemente debamos agradecerles a los jefes de la empresa de publicidad en la que empezó a trabajar que hoy nos brinde personajes como los de 'Dragon Quest'. Sí, porque el japonés comenzó a trabajar en una empresa de publicidad en su ciudad natal tras entrar en la Escuela Superior Industrial, pero la mala relación con sus superiores y un escaso interés por el trabajo le llevaron a dejarlo. Lo suyo eran los cómics, y así es como comenzó su carrera como mangaka, palabra japonesa que hace referencia al creador de historietas.

Sus primeras creaciones fueron para la revista 'Shūkan Shōnen Jump', y el salto a la fama llegó con 'Dr. Slump', serie con la que recibió el Premio de Manga que otorga la editorial Shōgakukan. Después llegaría su obra culmen, 'Dragon Ball', pero lo que nos interesa es su salto al ocio electrónico, el cual comenzó pronto gracias a 'Dragon Quest', cuya primera entrega vio la luz en 1986 para la consola NES. Toriyama también ha brindado su arte a títulos como 'Chrono Trigger' (1995, SNES), otro clásico del rol japonés, o el interesante 'Blue Dragon', que salió para Xbox 360 en 2007. No cabe duda, en cualquier caso, de que si hay una serie que relacionamos directamente con el artista japonés esa es precisamente la que estrena ahora su decimoprimer capítulo (entregas secundarias aparte).

Videojuego 'Dragon Quest XI'. El Norte
Imagen principal - Videojuego 'Dragon Quest XI'.
Imagen secundaria 1 - Videojuego 'Dragon Quest XI'.
Imagen secundaria 2 - Videojuego 'Dragon Quest XI'.

Se trata de una obra canónica que marcó el origen del rol japonés (o JRPG) como género, y forma parte de la cultura japonesa hasta límites insospechados. El lanzamiento en 1988 de 'Dragon Quest III', considerado uno de los mejores juegos de la historia, provocó toda una plaga de absentismo laboral y escolar en el país del Sol naciente, hecho que convenció a la editora Enix para trasladar los lanzamientos al fin de semana. También hay hechizos del juego que forman parte del vocabulario japonés y los diseños de Toriyama están presentes en productos de mercadotecnia varios. Vaya, que es todo un fenómeno que, sin embargo, no se trasladó a Occidente con la misma intensidad. Aquí asociamos rol japonés con 'Final Fantasy', pero en Japón tienen claro cuál es la serie que lo empezó todo.

'Dragon Quest' marcó las mecánicas del JRPG que aún hoy disfrutamos. Los clásicos combates por turnos; el menú de las batallas dividido en acciones como 'Luchar', 'Objeto', etcétera; La exploración, los diálogos... Hasta Pokémon le debe todo a 'Dragon Quest'. Hemos hablado a lo largo del texto de Toriyama, pero el verdadero padre de la serie fue Yūji Horii, director de la saga, que en su día decidió darle una vuelta de tuerca a esto de los videojuegos. Amigo del mangaka, fue Horii quien le ofreció colaborar en esta saga. El resto es historia.

Tradición intacta

El gran mérito, además, es haber mantenido esa tradición intacta, siempre mejorando la fórmula pero sin revoluciones que la desvirtúen. Lo más extraño, por decirlo de algún modo, que ha salido en los últimos tiempos bajo su sello es 'Dragon Quest Builders', que toma mecánicas del gran éxito 'Minecraft', juego que invita a los jugadores a construirse sus propios mundos. Pero no deja de ser otra serie o, como se conoce en la jerga, un spin-off, porque la saga canónica se mantiene fiel a sus orígenes, impertérrita al paso del tiempo y como estandarte de calidad. El último ejemplo es precisamente 'Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido', el que podemos considerar como uno de los mejores títulos de la franquicia.

En esta nueva entrega los usuarios encarnan a un joven que está a punto de participar en la ceremonia de mayoría de edad de su pueblo. Tras una serie de inesperados acontecimientos, el aventurero aprenderá que es la rencarnación de un legendario héroe de una era olvidada, y así comienza la aventura. Un periplo que sigue el clásico esquema que ha hecho célebre al género: exploración-conversación-combates. Tres pilares que marcan la jugabilidad de un 'Dragon Quest XI' cuya épica historia se sigue con bastante interés, aderezada con los justos toques de humor que siempre han caracterizado a la serie. No obstante, uno de los puntos más atractivos del juego es el fantástico mundo que se abre ante el jugador, listo para ser explorado. Preciosas ciudades, bosques, mazmorras, castillos…lugares que a nivel gráfico combinan la técnica cel shading con detalle fotorrealista para conseguir estampas de lo más bellas.

Ficha técnica

  • Título: Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido'

  • Plataforma: PC, PS4

  • Precio: 69,99 euros

  • Edad: + 12

Perderse por el mundo de Dragon Quest XI es toda una delicia y un punto fundamental para progresar en la aventura, conociendo a los múltiples personajes que pueblan el escenario y mejorando el equipo para hacernos cada vez más poderosos. Todo ello mientras combinamos misiones secundarias con las que desarrollan la trama principal. La cantidad de tareas por hacer es ingente, como no podía ser de otra forma, por lo que el juego asegura muchas horas de entretenimiento. Sus parajes se encuentran plagados de criaturas, y cruzarnos para enfrentarnos a ellas será nuestra decisión como jugadores, dando lugar a los clásicos combates por turnos con algún que otro giro moderno que atraerá a los más reacios. Es evidente que el videojuego también se ha construido para captar al jugador menos habitual de la serie, y a ello contribuyen nuevas opciones como las voces en inglés. Históricamente, los personajes de los Dragon Quest no hablan, y por ello, para los más puristas, se incluye la opción de desactivarlas. Eso sí, el juego está perfectamente traducido al castellano.

Como el videojuego ha llegado a Occidente un año después que en Japón, incluye mejoras y novedades como un nuevo modo de dificultad, unos menús rediseñados que facilitan su navegación, las mentadas voces y hasta una vista en primera persona para captar con todo detalle el mundo del juego. Además, en esta entrega se ha incluido un novedoso sistema de progresión del personaje, una suerte de árbol de habilidad que podemos configurar para especial a los héroes en diferentes tipos de armas. Un progreso reversible que aumenta las posibilidades, sencillo, además, de entender. Muchas opciones para hacer de 'Dragon Quest XI' un videojuego nada revolucionario para la serie pero tan excelso como siempre. Una demostración de saber reinventarse con atino, y toda una oda al rol japonés que precisamente esta saga hizo nacer.

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