Un año sin verbenas: el sector pide «protocolos de seguridad para la reactivación cultural»
La marcha celebrada en Valladolid reclamó ayudas económicas para unos «trabajadores olvidados» que llevan «más de un año sin actividad»
Hace un año que María Mercedes Ruiz no canta para nadie más que para ella. Sin público que escuche su voz. Un año sin subirse a los escenarios, sin actuaciones y sin aplausos. Y peor aún: un año sin ingresos. Hasta que comenzó la pandemia, María Mercedes actuaba en hoteles, en los barcos turísticos que navegan por el Duero entre España y Portugal. «Ahora he tenido que buscar alternativas, que montar un pequeño negocio, una mercería creativa en Salamanca. Es eso y tirar de los ahorros, porque la situación en nuestro sector está muy mal», dice, rodeada de compañeros músicos, actores, promotores de espectáculos, técnicos de sonido e iluminación.
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«Estamos pasando hambre», resume la actriz Selma Soregui, durante la lectura del manifiesto con el que este domingo se cerró la marcha que, desde la Cúpula del Milenio hasta la Plaza Mayor, congregó a más de doscientos integrantes del sector cultural, de la organización de eventos y espectáculos, de las orquestas y verbenas, discomovidas, fiestas de la espuma, castillos hinchables...
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«El sector ha fallecido», dice José Antonio Duque, coordinador de Mute (Movilización Unida de Trabajadores del Espectáculo). «Estamos parados, nos tienen abandonados. Las facturas siguen llegando, pero no nos dejan trabajar. La programación cultural ha quedado prácticamente suspendida por la covid, no se ofrecen protocolos, medidas claras de seguridad, para que podamos seguir organizando eventos. Y, al mismo tiempo, las ayudas no llegan», resume Duque.
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«Somos uno de los sectores más perjudicados, pero no tenemos prioridad a la hora de resolver nuestra situación. Vemos que hay sectores que reciben más atención, como la hostelería, donde han podido trabajar, aunque sea a un 50%. En nuestro caso, las suspensiones llegan al 90%. Llevamos al menos un año sin trabajar, pero buena parte de la opinión pública no es consciente de nuestra situación. Piensan: 'No estamos para fiestas'. Pero necesitamos trabajar», asegura Manuel Rodríguez, técnico de sonido y portavoz de Mute en Castilla y León.
«Mientras el resto de sectores se reactivan, la cultura agoniza, se está extinguiendo», aseguran Rita, bailaora, y Rosa Manzana, actriz. «Nuestra gente está harta de esperar, porque detrás de las empresas y los trabajadores hay personas y familias que ya no pueden aguantar más», resume la organización de una marcha que clama contra el olvido de las administraciones: «Nos habéis dejado atrás».
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Miguel Hernáez, de la empresa Espectáculos Miguel, tenía antes de la pandemia a 32 personas en nómina. «Ahora, la mitad están en ERTEy hemos tenido que despedir a la otra mitad». Muy difícil, casi imposible, mantener en pie un negocio que vive de verbenas, discomovidas o hinchables. «En un año normal, teníamos más de cien eventos de cada sector. El año pasado, nada. Compramos sillas, vallas, escenarios portátiles por si se podía hacer algo, pero al final, ni nos dejaron amortizar esa inversión», cuenta Hernáez, quien sustituyó las macroverbenas por «bolos de pequeño formato, como copla o algo de magia».
«De los 95 contratos de 2019 para verbenas pasé a cero el año pasado», cuenta Juan Reyero, portavoz de la asociación Acople en León. «Y el problema es que para muchas familias no es solo un año sin trabajar, sino más. Muchos viven de la temporada de verano, de las fiestas que van de mayo a octubre.Y después, hay muy poca actividad. Hay familias que no tienen ingresos desde el otoño de 2019», apuntaReyero, quien recuerda que el sector agrupa a cerca de 23.000 personas en Castilla y León. «Pero, además, es motor de arrastre para otras actividades. Nosotros vamos al pueblo y tocamos en las fiestas, pero en torno a eso están los bares, la panadería o las tiendas de ese lugar, que también se benefician porque hay más gente», cuenta Reyero.
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«Necesitamos que se nos deje trabajar y que se fijen protocolos claros. El problema no es la cultura, que se ha demostrado segura», defiende Alejandro Lobato, presidente de la Asociación Leonesa de Verbenas, que agrupa a 25 empresas. Por eso, durante la manifestación reclamaron la «reactivación de eventos, la organización de ciclos culturales con medidas de seguridad que fijen los criterios que deben cumplir los programadores». Solo así, aseguran, se podrá incentivar de nuevo la programación por parte de los ayuntamientos. «El teatro y los conciertos se pueden hacer de forma segura y en las verbenas se pueden adelantar horarios, terminando antes mientras dure la situación actual», proponen. «Es más peligroso para el coronavirus el botellón que un concierto. Yeste verano ha habido más botellones que cultura», resume Lobato. El sector reclamó además «ayudas urgentes de subsistencia mínima vital para las familias más vulnerables del sector y ayudas directas a autónomos y empresas».
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