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Manuel Alcántara. EFE
La última para Alcántara

La última para Alcántara

El Norte agradeció al columnista su fidelidad con los lectores haciéndole entrega en 2014 del Vocero del periódico

Carlos Aganzo

VALLADOLID

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Jueves, 18 de abril 2019, 08:30

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Esta fue su casa durante más de veinticinco años. La contraportada. La última de El Norte. El lugar por el que, dicen, comienza su repaso diario la mitad de los lectores. El decano de los columnistas en el decano de la prensa española. Así cada día, tenía su cita en El Norte de Castilla. También en el 'Sur' de Málaga, y en todos los periódicos de Vocento. Presencia ininterrumpida. Voz imprescindible.

Fue hace unos pocos años, en septiembre de 2014, cuando el escritor había cumplido ya los 88 años, cuando los lectores de El Norte quisieron dejar testimonio de esta historia de fidelidad otorgándole a Manuel Alcántara un Vocero. Se lo entregó el director general del rotativo, Ángel de las Heras, al presidente de la Fundación Manuel Alcántara, Antonio Pedraza, al final de un acto sobre periodismo y poesía celebrado en el Centro Andaluz de las Letras de Málaga. En el último momento el maestro no pudo acudir para recibir su reconocimiento, pero arropando la entrega estuvieron allí presentes, entre otros, el director de 'Sur', Manuel Castillo, el poeta y periodista Juan José Téllez, el novelista Antonio Soler o el también columnista de los dos periódicos, El Norte y el 'Sur', Jesús Nieto.

Poesía y periodismo, porque antes que periodista Manuel Alcántara fue poeta. Y de los grandes. Como tal se estrenó con 23 años en el ciclo de los 'Versos de medianoche' del madrileño café Varela, que contaba con Antonio Mingote como tertuliano y dibujante. Después, y durante muchos años, no hubo premio en España que se le resistiera, hasta que se consagró, en 1961, con el Nacional de Literatura para su brillante 'Ciudad de entonces'. Una decena de títulos con personalidad indiscutible. Con voz propia.

Más tardío fue su estreno en la prensa, ya cumplidos los treinta. Desde el semanario 'La Hora' dio el salto al 'Arriba', y de ahí a algunas de las principales cabeceras de la prensa nacional del momento, como los diarios 'Pueblo' y 'Ya'. Tan célebres como sus columnas fueron sus crónicas de boxeo, en las que consiguió llevar al periodismo deportivo a su máxima expresión literaria. Arrancó en 'Marca', en 1967, con el célebre combate entre Legrá y Desmarets, y a los 51 años ya lucía en su casa el Luca de Tena, el Mariano de Cavia y el González-Ruano. Una verdadera institución.

En la estela del gran González-Ruano, Manuel Alcántara convirtió la columna periodística en arte. Una capacidad extraordinaria para captar cada día el pulso de la actualidad. Y una facilidad asombrosa para contárnoslo utilizando la palabra siempre en estado de gracia, de vibración poética. Seguramente en todo este tiempo nadie como él ha sabido unir tan fielmente estas dos condiciones en una sola expresión. Una expresión que, durante más de veinticinco años, hemos tenido el privilegio de disfrutar de esta última de El Norte. Su casa.

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