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Representación de 'El enfermo imaginario' por la compañía Morboria. EL NORTE
Morboria vuelve a triunfar en Olmedo

Morboria vuelve a triunfar en Olmedo

ÁLVARO CUÉLLAR

Valladolid

Lunes, 22 de julio 2019, 13:26

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Anoche la compañía Morboria, capitaneada por Eva del Palacio y Fernando Aguado, representó para el Festival Olmedo Clásico su ya célebre 'El enfermo imaginario', espectáculo que lleva más de una década circulando por los escenarios patrios y cosechando admiradores y premios de la crítica.

Su fórmula no se agota: toman un texto clásico, en este caso la archiconocida comedia de Molière y, con un respeto sorprendente del texto, lo aderezan con toques de humor contemporáneo, un vestuario estridente marca de la casa y música en directo. Los actores se entregan al espectáculo, vale todo, desde el enfermo arrojando bilis a los espectadores hasta la criada llenando la escena de polvo cada vez que sacaba a pasear la escoba. Eduardo Tovar, en su papel de no muy lúcido pretendiente, provocaba la carcajada del público con solo moverse por el escenario, ni qué decir cuando abría la boca. En su objetivo de ofrecer un espectáculo total, la compañía no duda en alargar sus representaciones hasta pasadas dos horas, tiempo que no todos los públicos pueden resistir, pero que otros parecen agradecer, a tenor del aplauso final.

Los integrantes de Morboria, como aprendemos cada vez que comparten su proyecto en las Jornadas del Festival Olmedo Clásico, se definen como aguerridos supervivientes. Se mueven, es cierto, en las arenas movedizas del teatro clásico, sin un mínimo apoyo institucional y con la presión que supone mantener una cierta solvencia. «Esto no es un hobby, un pasatiempo de un grupo de amigos que se reúne de vez en cuando para actuar. Tenemos que pagar un sueldo digno a todos los actores y técnicos, pero es, a menudo, complicado», reivindica la directora Eva del Palacio cada vez que encuentra ocasión.

No pierdan la pista, pues, a esta compañía, vayan a verla y déjense cautivar. Si sus más de treinta años de experiencia no son aval suficiente, la pasión que entregan cada segundo de función les acabará conquistando.

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