Les Luthiers vuelven a Valladolid: estos son sus 'sketches' más divertidos
La versión renovada del grupo actúa este fin de semana en el Miguel Delibes con un espectáculo que reúne sus mejores números
Trece años después de su última actuación en Valladolid, vuelven Les Luthiers con sus travesuras y parodias cómico musicales, siempre jugando en el límite de ... lo ilógico, lo absurdo y lo imposible, y riéndose de todas las expresiones de la fatuidad contemporánea. Presentarán su espectáculo antológico 'Viejos hazmerreíres', con el que llevan girando desde 2014, en el Centro Cultural Miguel Delibes, este sábado y domingo, a las 20:00 horas.
Ciertamente, el grupo que regresa ya no es el mismo de la última vez, tras el fallecimiento de dos figuras clave como Daniel Rabinovich y Marcos Mundstock, el hombre de la voz profunda que realizaba las inconfundibles presentaciones de cada número. A la ausencia de ambos se suma la provocada por la retirada voluntaria de un tercer miembro, Carlos Núñez Cortés, el encargado de piano y teclados. Quedan dos miembros del grupo original: Carlos López Puccio, todavía la más perfecta encarnación de la travesura infantil, pese a sus 75 años, y Jorge Maronna, el único superviviente de la primera formación, y tantas veces encarnación de la ingenuidad. Pero los nuevos integrantes (Horacio 'Tato' Turano, Martin O'Connor, Tomas Mayer Wolf y Roberto Antier) a buen seguro permitirán recrear el característico humor del grupo.
Un humor que sorprendió en su momento por la mezcla de elementos cultos y populares. Les Luthiers combina con desparpajo los chistes basados en el juego con el lenguaje, las onomatopeyas o la mímica gestual, amén del humor musical basado en la utilización de instrumentos raros, que incorporaban al número efectos sonoros insospechados o divertidos.
En cuanto al contenido de sus dardos e ironías, el grupo argentino ha parodiado todo lo parodiable, empezando por la alta cultura (desde textos clásicos de la cultura occidental, como Shakespeare, a compositores de la música clásica) hasta las corrientes de pensamiento o psicología de moda en cada momento (existencialismo, psicoanálisis, estructuralismo…) o la pedantería de buena parte de la crítica cultural, sin olvidar el fanatismo religioso o político. En general, Les Luthiers han demostrado durante este medio siglo largo de trayectoria que son implacables contra todas las formas conocidas de pomposidad.
Y, sin olvidarnos de la música, claro, porque los argentinos hacen humor musical y la banda sonora de sus sketches es de suma importancia, sobre todo porque se trata de intérpretes y músicos muy dotados. A lo largo de su medio siglo de vida han abordado, además, casi todos los registros musicales posibles: desde el oratorio, la música de cámara, el folk, las canciones populares de la tradición hispanoamericana, la zarzuela, la ópera, el rock, el pop, la música coral… aunque logran sus mejores resultados en los juegos de armonías vocales y en la irrupción de un elemento fallido, o inarmónico, como repentina fuente de comicidad.
Es difícil seleccionar un conjunto de momentos en el que pueda estar de acuerdo todo el mundo. Pero aquí recordamos algunos ejemplos de las distintas facetas de su humor.
Iniciación a las artes marciales
Con música de fondo oriental, Les Luthiers inician a su público en las intrincadas artes de defensa y ataque marcial. Y tras descubrirnos que frente a un luchador más fuerte que tú, la mejor salida es huir corriendo, nos advierten: «Si aquel que dice ser tu amigo te clava un puñal por la espalda, debes desconfiar de su amistad».
El sendero de Warren Sánchez
Hilarante parodia de las sectas fundamentalistas que ofrecen la salvación al tiempo que obligan a sus adeptos a pasar por caja. «¡Sálvese mejor con Warren! Salvación garantizada. Si se muere, y no se salva, le devolvemos su dinero». Más tarde, Marcos Mundstock analiza el verdadero sentido de la respuesta con la que Warren respondió a la pregunta sobre el sentido de la vida: «Yo qué sé». Tras una hermenéutica retorcida, llega a la conclusión de que «Warren conoce el sentido de la vida, pero, por humildad, no lo quiere decir».
El Explicado
En este tema, bajo acordes de música folclórica, los miembros de Les Luthiers evocan con aparente nostalgia su pueblo natal que, sin embargo, describen con todo tipo de tintes lúgubres y terribles (tormentas destructoras, erupciones volcánicas, plagas de animales…). Para concluir finalmente, rompiendo el tono bucólico de la canción: «Si a mi pueblo volver yo pudiera, no lo haría ni mamado».
Payada de la vaca
Este número adopta la forma de un acertijo y duelo poético musical en el que la intriga consiste en identificar al animal que describe Jorge Maronna: la vaca. El humor surge primero por la tardanza en hallar respuesta tan fácil, pero luego por la exigencia de tener que responder con la forma rimada que corresponde. Es uno de los ejemplos más brillantes de la capacidad de Les Luthiers para unir lo culto y lo popular de un modo que logre provocar carcajadas.
Teorema de Thales
Uno de los primeros éxitos del grupo, y demostración de su capacidad para extraer humor de lo más insospechado, fue el 'Teorema de Thales', inspirado en una fórmula matemática que, a la postre, se convierte en metáfora de la pasión sexual. «Querida condesa, nuestro amor se rige por el teorema de Thales. En efecto, cuando estamos horizontales y paralelos, las transversales de la pasión nos atraviesan. Y nuestros segmentos correspondientes resultan maravillosamente proporcionales», proclaman los cómicos argentinos.
Loas al cuarto de baño
Con una serie de instrumentos compuestos a partir de los elementos habituales del cuarto de baño (la ducha, los grifos, la tapa del inodoro o el inodoro mismo), Les Luthiers componen una melodía de sonidos chispeantes sobre la que cantas estrofas como esta: «Cuantas veces las personas en el baño han meditado, cuantos libros se han leído, cuantas dudas evacuado».
Les luthiers. Auditorio Miguel Delibes. Sábado y domingo. 20:00 h. De 35 a 65 euros.
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