Realismo y humanismo, la larga relación
El ciclo que mira al archivo se inspira en los valores originales de la Seminci
La sección Memoria y Utopía, de fundación reciente y dedicada a obras restauradas, se transmuta en esta edición en una suerte de celebración del realismo ... humanista. La idea se concreta en una docena de títulos ligados a esa brecha humanista, selección que al mismo tiempo funciona como rescate de obras valiosas y algo olvidadas en el arco temporal que va de 1959 a 2006. Para asentar un poco más la naturaleza del ciclo, el festival publica 'La captura del tiempo. Un cine bajo la influencia de lo real', que reúne trabajos de varios críticos.
La película más antigua es de 1955: 'El puente', de Bernhard Wicki. Fue en su día una sorpresa que aterrorizó a más de un niño en los cines familiares de barrio, pues lo que prometía ser una más del género de Hazañas Bélicas se revelaba como un grito pacifista que no escondía las heridas de la guerra mundial en los jóvenes protagonistas. Pacifista y alemana, en 1955. Una joya exclusiva.
De los años sesenta llega la única película española del ciclo. Julio Diamante cuenta en 'Tiempo de amor' (1964) una triple historia femenina que comparte las penurias de la época, con aromas de 'La tía Tula' o 'Calle Mayor'. En aquel blanco y negro lloroso de 1964 brillan actores como Julia Gutiérrez Caba, Agustín González o Lola Gaos.
No le hace mala compañía la exploración de la rebelión juvenil de 'Beatriz' (1965), de la polaca Anna Sokolovska, una cineasta que apenas se estrenó en España. Y sin abandonar el blanco y negro de los sesenta el ciclo recupera 'Lucía' (1968), la recordada obra de Humberto Solás, larga como un discurso de Fidel. De nuevo tres figuras femeninas para trenzar la historia de Cuba desde finales del XIX, y ya de paso fundar un nuevo cine latinoamericano.
Inspiración felliniana
De esta década no puede faltar el recuerdo del cine político que la atravesó, en especial en la cinematografía italiana. Se rescata para la ocasión 'Los basiliscos' (1963), la ópera prima de Lina Wertmüller, compañera de aquella generación de Francesco Rosi, Damiano Damiani o Liliana Cavani. El cine de Wertmüller bebe también del maestro Fellini, de quien fue ayudante de dirección, y la sombra de 'Los inútiles' se proyecta sobre la historia de tres jóvenes desempleados en una sociedad gris y estancada. Y para rematar el florecimiento del cine político se le hace un hueco a África con la obra del senegalés Ousmana Sembene, el primero en rodar en una lengua africana (wolof). Para 'El giro' (1968) adapta una novela suya en busca de un retrato de la sociedad senegalesa de esos años, lastrada por el colonialismo y la corrupción.
El cine político asoma en 'El giro', del senegalés Ousmana Sembene, primer filme en lengua africana
De los setenta queda la participación de Barbara Kopple, una documentalista americana de la que en España apenas si se estrenó algo, pero al menos se la recuerda por aquella gira del grupo de jazz de Woody Allen, 'Wild Man Blues'.
En la Seminci triunfó con su primera obra, 'Harlan County' (1976), que luego recibió el Oscar al mejor documental. En ella quedó constancia de la huelga que durante más de un año mantuvieron los mineros de una pequeña localidad de Kentucky, duramente reprimidos por autoridades y sindicatos.
Un buen ejemplo de obras desaparecidas y que este ciclo tiene el acierto de volver a proyectar es la portuguesa 'Ana', ganadora de la Espiga de Oro en 1982 y que no volvió a las pantallas a pesar de la profunda huella que dejó en los cinéfilos de la ciudad.
Sus autores son Antonio Reis y Margarida Cordeiro, que legaron una filmografía escasa pero siempre reivindicada por los interesados en un cine que estaba cerca del de Manoel de Oliveira y Paulo Rocha. 'Ana' forma parte de una trilogía filmada en Tras-os Montes en la que se despliega el mundo visual y sonoro de sus pueblos. Imprescindible.
Sarandon y Brando
El ciclo se completa con 'Melek Leaves' (1985), un documental de la directora argentina instalada en Alemania Jeanine Meerapfel que sigue el rastro de una mujer que decide volver a sus orígenes, a Turquía. 'Una árida estación blanca' (1989) no solo llamó la atención por ser la primera película dirigida por una mujer negra, la martiniquesa Euzhan Palcy. El reparto también contribuyó con nombres como Susan Sarandon, Marlon Brando o Donald Sutherland.
Y en la misma línea de reivindicación política se inscribe 'Abuela' (1989), en la que Idrissa Ouédraogo contrapone tradición y modernidad en Burkina Fasso.
La última y más reciente película del ciclo es la iraní 'Men at work' (2006), en la que Mani Haghighi plantea una excursión con herencias de su maestro Abbas Kiarostami.
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