La luz de sus ojos
TIEMPO DE HISTORIA ·
Ruth Beckermann nos ilumina el día con los niños y niñas atendidos por Ilkay Idiskut, en 'Nuestra querida profesora'El cine de no ficción se juega el tipo en cada secuencia con una realidad que suele ser frágil y efímera, no solo porque los ... matices más interesantes y esenciales de la condición humana, esos que se acercan al motor que fabrica nuestras conductas, las lógicas y las insospechadas, se comportan como ciervos sorprendidos en el bosque: desaparecen a saltos entre la espesura en cuanto descubren que son observados. Por eso suele pasar inadvertida, a pesar de los esfuerzos de no pocos documentalistas que, muy a su pesar, suelen espantar todo aquello que persiguen en cuanto lo encuentran.
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'Nuestra querida profesora' Ruth Beckermann. Austria. 118'. Cines Broadway. Jueves 24, a las 12:15 h.
Acaso se libren los grandes y pacientes observadores, esos cineastas capaces de lograr la invisibilidad, como los naturalistas en lo más profundo de una foresta, reposados y silenciosos durante el tiempo que sea necesario para que el mundo a su alrededor se habitúe a su presencia y se comporte de forma natural.
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Puede que eso explique por qué las pantallas resultan más luminosas, si cabe, cuando de ellas brotan historias tan magníficamente presentadas y contadas como 'Favoriten', la película austríaca de Ruth Beckermann, que se involucra en la vida cotidiana de una escuela primaria vienesa, un centro público con escasos medios, que atiende las necesidades educativas de un grupo de niños y niñas en riesgo de exclusión, algunos por su condición de recién llegados al país, desconocedores del idioma, o por pertenecer a familias de padres y madres inmigrantes con dificultades económicas y de inserción social en diversos grados.
La clase es atendida por Ilkay Idiskut, una joven maestra austríaca de ascendencia turca que vuelca su capacidad profesional y su implicación personal, no solo en enseñar a los niños de su clase los contenidos imprescindibles para acceder en un futuro no lejano al grado oficial de enseñanza media, sino en apuntalar su confianza maltrecha –ya sea por sus carencias para expresarse en alemán, o porque su vida familiar cuenta con dificultades añadidas– e inculcar en todos ellos, niños y niñas sirios, turcos y albaneses, en su mayoría, la semilla del respeto, la tolerancia y la igualdad que, como individuos libres e independientes en Europa, podrán desarrollar a lo largo sus vidas sin los obstáculos, costumbres y cortapisas socioculturales que acaso aún respiren en sus hogares y arrastren sus progenitores.
Ruth Bekermann ha filmado durante tres años en la clase de Idiskut. Ha sido testigo de su método de enseñanza, de su mediación en los conflictos; ha compartido los miedos y las frustraciones de los niños, su crecimiento y su evolución individual. Y nos ha hecho partícipes del cariño y el respeto que día a día les ofreció su profesora. Con el inabarcable material de rodaje que se presume en cada escena, Bekermann ha sido capaz de regalarnos una película realista y esperanzadora.
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