El diván terapéutico del cine
Abuso y adicciones en 'La cronología del agua', suicidio y duelo en 'Mirrors nº 3', y desarraigo en 'Vivir la tierra', catálogo de dolores en un día
El arte es hijo de su tiempo y trasluce sus inquietudes. El abuso sexual ya ha aparecido en esta Sección Oficial y vuelve en el ... debut como directora de Kristen Stewart con 'La cronología del agua'. Christian Petzold insinúa en 'Mirrors nº3' el delirio de una familia tras el suicidio de su hija acogiendo a otra joven y tratándole como si fuera aquella. Por último la china 'Vivir la tierra' abre el foco para trenzar la microhistoria de un niño en la macrohistoria de su enorme país.
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'La cronología del agua' son las memorias de juventud de Lidia Yuknavitch, escritora estadounidense. Como Pere Vila en 'Cuando un río se convierte en mar', Kristen Stewart, la actriz de 'Crepúsculo' y realizadora novel, encuentra en el medio acuoso inspiración para sus metáforas visuales que cuentan delicadamente lo que bordean las palabras sin explicitar. Y eso que una voz en off, la de la protagonista, lee buena parte del texto original.
En la familia de Lidia está instaurado el poder del padre, su autoridad absoluta sobre la voluntad y los cuerpos de su mujer y sus dos hijas. El abuso es sistemático y el único lugar en el que se siente segura es nadando. En el agua se le olvida todo, hasta el miedo a su progenitor, que, por cierto, no sabe nadar. El comienzo de la vida universitaria es también el de su liberación, o eso creía. Pero lejos del hogar reproducirá la violencia recibida. La bebida y la droga minarán su autoestima mientras indaga en su sexualidad, ambigua, marcada por el abuso, hambrienta de ternura.
'La cronología del agua'
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Directora: Kristen Stewart. Intérpretes: Imogen Poots, Thora Birch, Jim Belushi, Charles Carrick. EEUU/ Letonia/Francia. 127'Teatro Carrion, jueves 19:45 h.
Imogen Poots da vida a la torturada, doliente y agresiva Lidia, que encuentra su camino gracias a un profesor de literatura sacado de la generación beat. Las idas y venidas a los infiernos de Lidia se repiten cíclicamente durante dos horas para acabar redimiéndose gracias a la escritura, la maternidad y el perdón a su padre.
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Después de una biografía tan dura, la casa donde es acogida Laura, protagonista de 'Mirrors nº 3', a las afueras de Berlín, resultó una guarida para los seguidores de la Sección Oficial. Christian Petzold narra en tono amable este 'thriller' psicológico sobre la misteriosa hospitalidad de Betty, luego ampliada a su esposo y su hijo. Hubo una hija, Yelena, que aparece por alusión pero nadie le explica a Laura el porqué de su ausencia. Cuando se desvela la razón saltan por los aires los lazos establecidos. Sobre el duelo, la depresión y el delirio habla esta película rodada en un cálido verano, en bellos paisajes y un hogar confortable que invita, como a Laura, a quedarse.
Mirrors nº3
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Director: Christian Petzold. Intérpretes: Paula Beer, BarbaraAuer, Matthias Brandt, Enno Trebs. Alemania/ Francia. 86' Teatro Carrión, jueves 22:30 h.
Petzold siembra la inquietud en el espectador a través de lo que omite, de lo que calla. La belleza hipnótica de las actrices engancha espontáneamente, hasta provocar la sensación de naturalidad ante la insólita convivencia entre dos desconocidas. ¿Cómo se construye nuestra identidad? ¿Nos la da el grupo, fluctúa según el momento, la elegimos? ¿Cuál es nuestra verdadera familia? Este filme alemán deja tras de sí estas preguntas.
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Vivir la tierra
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Director: Huo Meng. Intérpretes: Wang Shang, Zhang Yanrong, Zhang Chuwen. China. 129'
Teatro Calderón, jueves, 16:0h.Cines Broadway, viernes 21:30 h.
Empezando por el final 'Vivir la tierra' es un homenaje a la familia del director, Huo Meng, y a los pueblos que en 1991 vieron como su forma de vivir casi medieval cambiaba con la mecanización del campo y la emigración hacia las ciudades con fábricas. Meng era un niño de casi la edad de Chuang, el protagonista de su segunda película, premiada con el Oso de Plata al mejor director en Berlín.
Un funeral abre la cinta y otro la cierra, en medio un nacimiento y una boda, además de una cosecha de cereal. En esta remota comunidad agrícola se trabaja con bueyes, se siega con hoz, se aventa y se trilla como en la Castilla de hace 70 años. La presencia del Partido Comunista, la autoridad, se limita al censo y al control de natalidad, que han aprendido a burlar. Viven ensimismados en su laborioso día a día, felices y ruidosos.
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Entre esas tracas, Chuang se abre paso como el pacificador. Tutelado por su tía y sus abuelos, echa de menos a sus padres, que emigraron a la ciudad para ganar dinero. En cambio, tiene el amor y el humor incondicional de la bisabuela. Meng registra con mimo etnográfico las casas, la pobreza autárquica y digna, los teatrales ritos, esa forma de 'Vivir de la tierra'.
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