El director Guillermo Galoe debuta en la ficción con 'Ciudad sin sueño'. Alberto Mingueza

'Ciudad sin sueño', una mirada a la Cañada Real sin paternalismo

Guillermo Galoe debuta en la ficción con un retrato de lo marginal carente de intenciones lacrimógenas

Samuel Regueira

Valladolid

Martes, 28 de octubre 2025, 21:13

Tras 'Frágil equilibrio', triunfo en el campo documental saldado con premios tanto en los Goya como en la sección DOC.España de la propia Seminci, Guillermo Galoe vuelve al festival de Valladolid con su primera incursión en el terreno de la ficción. 'Ciudad sin sueño' se presenta en esta septuagésima edición como una proyección especial dentro también de Seminci Joven, un trabajo protagonizado por actores no profesionales en el contexto de la Cañada Real madrileña, donde Galoe propone una mirada sin paternalismos ni miserabilismos.

Publicidad

«La percepción que hay sobre esta gente sigue la línea de los olvidados, de aquellos que están ahí, al salir de la puerta de casa, presentes en la sociedad, mirándonos», denuncia el director. «Hablamos de lo marginal porque están desplazados dentro de la sociedad, presentes pero invisibles, y de tanto en cuanto hay que volver a ponerles en el candelero, aunque el olvido del público y la sociedad llegue demasiado rápido», lamenta.

Teoriza Galoe sobre «la imposibilidad de introducir en el discurso público todos los asuntos importantes de manera diaria», pero no se resiste a señalar la necesidad de preguntarnos «cuánto hacemos y cuánto sacrificio personal estamos dispuestos a asumir, en inversión de tiempo real y recursos, más allá de señalar lo que ahí sucede». Bautizando el fenómeno, pues, como «idea de consumo de la protesta», con todo no le resta importancia a «seguir hablando de ello tanto el la intimidad de lo privado como en la conversación pública a través de nuestra clase política, que es la que tiene que invertir en procesos difíciles, acuerdos y coordinaciones para llegar a soluciones duraderas frente a todo esto».

En su caso, esa inversión de tiempo real y recursos se ha trasladado a la realización, durante seis años, de esta película en plena Cañada Real que habla sobre «la fragmentación de vínculos familiares, la amistad y la identidad». Temas que pueden verse, para él, como extrapolables de su contexto: «No es una película sobre la Cañada Real, sino sobre nosotros, sobre la piel, la intimidad y sentimientos que son comunes a nivel universal».

Y es que la intención del filme, rabiosamente político, descansa en la fuerza de sus escenas a varios niveles; desde la eliminación de los prejuicios («Muchos personajes ocupan roles en películas definidos por su etnia, su entorno o su clase social») a la resignificación de las ideas colectivas: «La percepción común es a través de imágenes miserabilistas o paternalistas, concretamente estigmatizantes, y yo desde mi honestidad comprendo que aunque mi mirada es subjetiva tiene que tener como objetivo vertebrar una propuesta en un entorno real con problemáticas sociopolíticas concretas que la atraviesan y con heridas y consecuencias íntimas en las personas que allí viven».

Publicidad

En su sensibilidad, el trabajo de estos años sobre el terreno de Galoe y su equipo pasa por que la película haya dejado también algo a cambio, a su paso: «No hemos sido una apisonadora, sino que hemos desarrollado en nuestra estancia allí varios talleres de cine inclusivos, ocupando espacios cotidianos, generando entornos lúdicos, oportunidades laborales y, en sentido último, un arraigo de la cultura».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad