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La divertida familia protagonista de 'Nuestro último verano en Escocia'.
Desastres de adultos bajo la mirada de los niños

Desastres de adultos bajo la mirada de los niños

Tanto en la inglesa 'Nuestro último verano en Escocia' como en la estadounidense 'Pies pequeños', los pequeños protagonistas toman las riendas de sus vidas ante la incompetencia de sus padres

Liliana Martínez Colodrón

Viernes, 24 de octubre 2014, 15:54

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Niños que se comportan como adultos; adultos que se comportan como niños. Así son los personajes de las dos películas con las que la Seminci echa el cierre a la Sección Oficial. Ambos trabajos (también comparten el idioma en el que han sido rodados), cuentan historias de familias desestructuradas en las que los niños toman las riendas de sus vidas y de sus destinos ante la clara incompetencia de los mayores.

En su caso, los directores británicos Guy Jenkin y Andy Hamilton recurren a la comedia para llevar a la gran pantalla la historia de Doug y Abi, una pareja que acaba de separarse y que se ve obligada a realizar un viaje junto a sus tres hijos para asistir al cumpleaños del abuelo, enfermo de cáncer. Es 'Nuestro último verano en Escocia' una historia divertida, cargada de excéntricos personajes, en los que la familia lucha por estar unida mientras se va deshilachando la trama de mentiras que han ido construyendo.

Para sus directores, la película no trata de cómo mantener unida a la pareja, si no de cómo seguir adelante de una forma madura. Y, en este punto, los tres hijos del matrimonio tienen mucho que decir.

En blanco y negro

Con una estética muy diferente (la belleza de los verdes paisajes de Escocia contrasta con el blanco y negro de Los Ángeles), 'Pies pequeños' realata la historia de dos hermanos que emprenden un viaje para buscar un compañero para su pez. El director estadounidense Alexandre Rockwell utiliza a sus propios hijos para relatar el dolor y la soledad de los pequeños tras la muerte de su madre. Los niños enfrentan con ternura e inocencia los problemas con el alcohol de su padre, que se ha desdibujado en sus vidas hasta casi desaparecer.

«La historia sale de mi propia vida. -ha explicado el director Alexandre Rockwell en la rueda de prensa posterior a la proyección del largometraje-. El idioma de los niños es poesía pura. Para mí el reto era introducirme en este mundo con una cámara».

Ambas películas han recibido aplausos entre el público del Teatro Calderón en una jornada en la que se pone punto y final a la Sección Oficial, que arrancó el sábado 18 con los hermanos Dardenne y en la que concursan 18 largometrajes y 10 cortos.

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