Petrenko, el deseado
«La vinculación con la orquesta y su carismática figura sobre el podio han hecho que su presencia sea una cita ineludible»
EMILIANO ALLENDE
Viernes, 11 de febrero 2022, 13:42
El Auditorio, a rebosar. Lógico, si el director anunciado es Petrenko. La vinculación con la orquesta y su carismática figura sobre el podio han hecho que su presencia sea una cita ineludible.
Los 'cuatro interludios marinos' de Britten, extraídos de su ópera Peter Grimes fueron un precioso comienzo. Escuchados al margen de cualquier argumento, pueden disfrutarse como música pura que huele a naturaleza. Un cúmulo de sensaciones que van desde la calma a la tempestad y que Petrenko mostró con una claridad envidiable.
El sonido fue limpio y con un nivel de precisión que solo es posible con un dominio absoluto desde la batuta. A Petrenko se le notó relajado, dispuesto a dirigir su plan con una confianza absoluta, mayor incluso desde su última visita. Los agudos finísimos, las flautas y las trompas, pusieron en marcha una obra plagada de detalles, con 'crescendos' de gran recorrido, bajo los mandos de un director que marca también los 'fortes' con una seguridad apabullante.
El concierto para piano nº 3 de Prokofiev está cargado de ironía, se presta a la parodia y el joven Daniel Ciobanu así lo entendió, vertiendo una versión extrovertida, de pulsación fácil y agilidad sobresaliente en los cambios de ritmo. Petrenko coordinó muy bien los pasajes ligados desgranados con eficacia. La buena sensación del solista continuó en la propina que denominó, «un poco de jazz».
Las 'Variaciones Enigma' de Elgar, son desde luego un misterio que proviene de las múltiples combinaciones, de un motivo de apenas tres notas. Claro que hay versiones y esta de Petrenko fue ejemplar. Sin apenas pausa hasta llegar al punto culminante, la obra fue un muestrario de detalles en las partes delicadas o en los 'allegro con brio', hechos a conciencia. Después de la profundidad de 'Nimrod', un prodigio de pasión contenida, el final se presentó con una cuerda unida y uniforme dentro de un sonido global impecable. La orquesta viene dejándonos grandes momentos en este nuevo año, pero hay que reconocer que el sonido de ayer fue especial. Un enigma descifrado.