De la lesión al prodigio de los labios de una trombonista leonesa
Tres universidades de EE UU han admitido y becado a Amanda Pinos, la intérprete ponferradina que busca vía crowdfunding el aval necesario para cursar su máster tras estar a punto de abandonar la música
No es una carrera meteórica la suya, pero sí una historia de superación. Amanda Pinos Fernández tardó el doble en cursar el grado superior de trombón porque una lesión casi le lleva a abandonar. Pero la ponferradina aprendió a tocar de nuevo, esta vez de manera «sana». Y ganó dos premios, debutó con la Sinfónica de Galicia, ha trabajado de refuerzo en la OSCyL y ahora debería disfrutar de vacaciones antes de cruzar el charco para cursar un máster en EE UU. La han admitido en las tres universidades más prestigiosas, en todas la becan cubriendo casi toda la matrícula, solo le falta el dinero suficiente para vivir, ya que el visado de estudiante no permite trabajar.
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Amanda quiso tocar el piano, porque oía a su padre, profesor de música, en casa. Pero en el Conservatorio de Ponferrada le esperaba una plaza de trombón. «Fue amor a primera vista, desde el primer curso tuve la suerte de estar con un profesor que enseñaba con pasión». Allí estudió el elemental y profesional, como sus hermanos, y cuando llegó la hora de asomarse al mundo profesional, aparcó su interés por la medicina para hacer el Superior de música en La Coruña. «Con quince años empecé a tener clases particulares con el trombón solista de la Orquesta de Galicia, John Etterbeek, fue mi primer contacto con la pedagogía norteamericana».
En el segundo curso «pensé en una beca Erasmus, en hacer pruebas para ampliar estudios y perspectiva. Quizá fue la señal, era muy exigente y me obsesioné. Con 19 años sufrí una lesión y estuve cinco años perdida sin poder tocar», recuerda. Sus labios dejaron de responder a sus órdenes, «hay tensiones que impiden tocar y provocan dolor». El músculo orbicular, también llamado besador, se resintió. Amanda vivió entre la angustia, la incertidumbre y la soledad «porque aun que todos me apoyaban no pueden comprenderte. Ahora ha avanzado mucho la investigación pero en 2017 apenas se sabía nada».
De fondo la desazón del «¿y si hubiera elegido Medicina?». Siguió estudiando el resto de asignaturas, se graduó en Pedagogía y revoleteaba la idea de abandonar el trombón. Hasta que en 2020 se encontró con José Redondo, tuba solista de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. «Él se formó también en EE UU y vislumbró mi recuperación. Me enseñó a tocar de forma orgánica, de forma sana. Mi proceso sanador fue aprender de nuevo a tocar, él cambió mi forma de enfocar la práctica». Logró terminar la carrera en 2023. «Gané el Concurso de Jóvenes Intérpretes y toqué con la Orquesta de Galicia», cuenta tras competir con otros jóvenes talentos de instrumentos más populares.
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Retomó su deseo de ampliar la perspectiva y se propuso hacer un máster en EEUU. Sus profesores le ayudaron con el alojamiento allí para hacer las pruebas. Le han admitido en el Manhattan School of Music, de Nueva York, en DePaul University de Chicago y en el New England Conservatory de Boston. «Los tres son superprestigiosos y me dan sus becas más altas. Es un honor que se interesen por ti porque hay muy pocas plazas y de trombón, solo una», relata Amanda, que ha organizado una campaña de mecenazgo on line en este enlace.
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Su opción es Chicago, allí la matrícula es de 23.200 dólares por cada curso (son dos) y le becan hasta 22.000 por año. En Boston asciende a 46.000 cada curso y le dan 38.000 dólares de beca. En Manhattan, 55.000 cada año y le ofrecen 45.000 por curso. «Estoy ahorrando todo lo que puedo, pero no me da más que para dos meses», dice. Las tres universidades esperan respuesta antes del 1 de julio.
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