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Javier Colina, de pie a la derecha, aclara algunos conceptos a un alumno de la 'masterclass'. A. P. V
Los graves del contrabajo retumban en el Teatro Calderón

Los graves del contrabajo retumban en el Teatro Calderón

El virtuoso del instrumento Javier Colina enseñó a los 13 alumnos de la clase magistral las claves de la improvisación

Adolfo Pérez Vega

Valladolid

Miércoles, 3 de octubre 2018, 20:53

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El contrabajo es un instrumento de uso minoritario. Ese armatoste de madera, normalmente de abeto o arce, tiene un aspecto casi de reliquia dieciochesca. Sin embargo, eso no le libra de adecuarse perfectamente a géneros como el jazz o el blues. Precisamente, sobre estos estilos musicales se basó la 'masterclass', que tuvo lugar hoy en el Teatro Calderón, del contrabajista pamplonés Javier Colina, uno de los más reconocidos del panorama actual.

La lección estuvo enmarcada en un ciclo de clases magistrales, organizado por la Fundación SGAE, que Javier Colina imparte por otras ciudades españolas; como Bilbao y Barcelona, donde estuvo el 27 de septiembre y el 1 de octubre, respectivamente, o Madrid, donde recalará el 9 de este mes.

La reunión se desarrolló en 'petit comité', ya que apenas 13 alumnos acompañaron al maestro del contrabajo en la clase sobre improvisación. De ellos, solo cuatro contrabajistas acudieron a la cita, que acogió también a cuatro pianistas, tres guitarras, una flauta travesera y una trompeta. «Disfrutar... toques el instrumento que toques, la clave es disfrutar», apuntó Javier Colina antes de comenzar la sesión, en referencia a que cualquiera era bienvenido.

«El compás es casi una marcha militar, lo difícil es tener 'swing' con esto»

Javier Colina, contrabajista

Tras las presentaciones pertinentes, Colina probó las cualidades de los alumnos uno por uno. Después, escribió el compás básico de cuatro notas con el que empieza cualquier estrofa de blues. Este estilo, a diferencia de los dos compases típicos del flamenco o la música cubana, se basa en el ritmo «un, dos, tres, cuatro...», explicó el veterano contrabajista. «Es casi una marcha militar, lo difícil es tener 'swing' con esto», bromeó.

Cuando todos los alumnos tocaron la pieza al unísono, una cacofonía sin sentido inundó la estancia. Sin embargo, tras poner orden Javier Colina, aclarar un par de conceptos y dar paso de nuevo ordenadamente, instrumento por instrumento, una perfecta improvisación de blues fue abriéndose paso en los oídos de todos los presentes en la audición.

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