Decenas de músicos espontáneos se sientan a siete pianos en Valladolid bajo la lluvia
Calles y plazas del casco histórico se llenaron de espectadores mientras aficionados y profesionales tocaban el teclado bajo carpas
Suenan los 'Nocturnos' de Chopin mientras lllueve, lo que no disuade a decenas de viandantes de acercarse a una espontánea sentada a un piano de ... cola que toca bajo una pequeña carpa en la Plaza Mayor. Escuchan el público en silencio la melancólica melodía y al final aplaude gustoso la interpretación. La escena se ha repetido por la mañana y a lo largo de la tarde en siete calles y plazas del casco histórico de Valladolid dentro de la iniciativa 'Tu ciudad se llena de pianos', una propuesta de la Fundación Occident y el Concurso Internacional Maria Canals en colaboración con el Ayuntamiento.
El centro de Valladolid se llena de pianos, en imágenesVer 17 fotos
Al resguardo de la lluvia bajo pequeñas carpas, a los pianos de cola se sentaron músicos, aficionados y estudiantes del Conservatorio –niños, jóvenes y mayores– participantes en una iniciativa cuyo objetivo es acercar la práctica del piano a la ciudadanía, según los organizadores.
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Además de en la Plaza Mayor, se celebraron estos conciertos espontáneos con pianos de cola en espacios habilitados en el Atrio de Santiago, Plaza Zorrilla, Pasaje Gutiérrez, Catedral de Valladolid (Portugalete), la Plaza San Pablo y el entorno de San Benito. Alrededor de las melodías que extraían al instrumento virtuosos y aficionados se congregaron cientos de personas que hacían un alto para detenerse a escuchar. Con la puesta en marcha de esta iniciativa se pretende «romper barreras en relación a la práctica musical para que cualquier persona, tenga el nivel y la edad que tenga, pueda gozar de la experiencia de tocar un instrumento como el piano de cola», indicó Jordi Vivancos, director del Concurso María Canals. Esta institución, junto a la Fundación Occident, ha impulsado esta vistosa propuesta musical, que suma ya doce ediciones en varias ciudades españolas.
«Es un gusto escuchar y ver tocar bajo la lluvia», comentaba uno de los viandantes que se resistía a continuar su trayecto hasta que una niña acabase de tocar su pieza. Entre tanto, cinco aspirantes de varias edades aguardaban su turno para mostrar su habilidad con el teclado ante un auditorio de paseantes expectantes. Hasta las ocho de la tarde el sonido del piano resonará en las calles del casco histórico.
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