Música gestada en los lienzos

Banda sonora de la vida de muchos creadores, la música ha saltado al caballete de pintores, ha protagonizado capítulos e incluso novelas enteras y ha sido el leit-motiv de ballets y películas. Aliada con otras artes resulta un amalgama curioso que le interesa especialmente a Andrew Gourlay, director titular de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, quien ha programado para esta temporada dos conciertos en esa línea. El primero mostró el poder de la música para contar cuentos y esta semana expondrá su relación con la pintura. Los músicos de la OSCyL han hecho aproximaciones a las artes plásticas en versión camerística, en 2016 con Amaya Bombín, y el pasado febrero con Gabinete de vanidades, en torno al Bosco. Esta vez se trata del primer monográfico sinfónico en torno a obras inspiradas en cuadros.

A partir de esa idea, el concierto ha ido creciendo dentro del auditorio. 20 alumnos de la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid trabajarán en el foyer a partir de las 18:00 h. llevando a cabo su interpretación del cuadro y el movimiento musical elegido , dentro de lo que expone el programa. Taller integrado en la asignatura técnicas de expresión gráfico-plástica, llevan indagando en su forma durante una semana y sus bocetos se harán realidad en directo, en el pasillo del auditorio. El pintor leonés José Sánchez Carralero les impartió una masterclass y será él quien presida el jurado que emitirá el veredicto sobre el resultado tras el concierto.

Pincelada corta

El catedrático de Paisaje, de la Universidad Complutense, es también quien ofrecerá una charla de 25 minutos, a partir de las 19:15 h., en la sala de cámara del auditorio. «Hablaré desde mi terreno, la pintura. Pero en cualquier caso no quiero destripar lo que viene después, no es una conferencia erudita. La cultura es el sedimento de lo olvidado, eso nos permite seguir aprendiendo. Por eso daré unas pinceladas sobre la relación entre pintura y música, convocaré el ambiente», dice Carralero desde Madrid.

«Para empezar tenemos en común muchos términos como la composición, la entonación, el ritmo, la textura, el contraste, el sonido y el silencio, que no es que se les haya usurpado la pintura a la música, sino que están en las dos», explica el reconocido retratista. «Pero no hay que olvidar tampoco que cada arte tiene su lenguaje, ahí reside la naturaleza de su diferencia».

La Vicentiana, del compositor Einojuhani Rautavaara, surge del interés del finlandés por Vincent Van Gogh. En Entre 1986 y 1987 compuso una ópera biográfica sobre las crisis del pintor holandés y su ingreso hospitalario. De ese material extrajo parte de lo que sería un lustro después su sexta sinfonía, dedicada al mismo protagonista y llamada Vicentiana. Rautavaara (1928-2016) fue alumno y protegido de Sibelius y es considerado su heredero. Carralero proyectará varios cuadros de Van Gogh.

«Entre ellos La noche estrellada, Los cuervos y algunos del periódico de su asilo en el hospital de Saint Paul de Saint Rémy. El lenguaje de Van Gogh se expresa a través de la pincelada corta, aparentemente reiterativa, pero luego desvela que no lo es. Con un recurso limitado instrumentalmente logra un lenguaje muy rico en el que un olivo se distingue perfectamente de un pino. El color, el contraste y la armonía juegan un papel importante. Todos estos cuadros hablan de la angustia del pintor».

Rachmaninov compuso el poema sinfónico La isla de los muertos, en 1908 en Dresde, un año después de toparse con el cuadro homónimo de Arnold Böcklin en París. El óleo del pintor suizo transcurre en la corriente simbolista y este cuadro, considerada su obra maestra, evolucionó en varias versiones.

«Es un tema que alude a la barca de Caronte y la isla de los muertos, con el precedente de El paso de la laguna Estigia, de Patinir, presente. En la música se distingue, por ejemplo, el sonido del remo en contacto con el agua, alterna el ruido y silencio, como en la pintura el lleno y el vacío».

Por último, una de las obras clásicas más conocidas, Cuadros de una exposición, la expresión musical de la muestra póstuma de Hartmann. El amigo de Mussorgski era arquitecto. Los dibujos de sus proyectos del pabellón ruso para la Exposición Universal de Viena (1873), sus diseños para atrezzos de óperas y ballets, sus apuntes durante su estancia de posgrado en Francia y los cuadros de judíos polacos inspiraron al compositor esta traslación al piano del mundo gráfico de Hartmann. Escrita para piano, fue Maurice Ravel quien la orquestó.

Premios musicales

Mientras todo eso ocurre en la sala sinfónica, fuera, en el foyer, estarán pintando los 20 alumnos distintos cada día de la Escuela de Artes y Oficios. «Son alumnos de segundo de bachillerato, aunque también se han apuntado algunos de otros cursos. El más pequeño tiene 16 años y el mayor, 65», explica Mario Criado, su profesor. «Tienen el reto de crear apoyándose en dos obras, una plástica y otra musical. Han realizado bocetos pero solo han tenido un semana de preparación. Apesar de la premura están acostumbrados a trabajar con presión, desde la improvisación contenida».

Al término del concierto, un jurado compuesto por José Sánchez Carralero, Mario Criado y dos profesores más, emitirán su veredicto sobre las obras. El ganador se hará con un abono para la próxima temporada de la OSCyL y el segundo, con un abono de proximidad. También se sumarán alumnos de otras escuelas con sede en el auditorio, en la sorpresa de la noche.

Andrew Gourlay va logrando esa suma de artes y de recursos que proporciona tener la sede de la orquesta junto a los futuros actores, bailarines y músicos de la comunidad. El próximo concierto del director titular será el 26 de mayo con la violinista Isabelle Faust como solista.