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Una escena de 'El jardín musical'.
Semillas musicales para los más pequeños

Semillas musicales para los más pequeños

Teloncillo y el Quinteto Respira estrena este sábado ‘El jardín musical’, un espectáculo para primera infancia, en el Miguel Delibes

Victoria M. Niño

Viernes, 24 de marzo 2017, 13:31

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Una historia de tres semillas narrada desde la música del Quinteto Respira y desde la danza a través de Silvia Pérez, eso es El jardín musical. Este espectáculo dirigido a la primera infancia llega al público familiar hoy sábado (18:30 h.), tras presentarse a grupos escolares durante toda la semana. Teloncillo Teatro sigue haciendo semillero de futuros públicos.

Los protagonistas de El jardín musical se encontraron en Respirando cuentos y les fue tan bien que han repetido. «En los conciertos para bebés con Lameiro conocí a Silvia Pérez, la bailarina, y me gustó como captaba la atención de los niños con unas puntas. Por eso desde Teloncillo propusimos contar esta sencilla historia de tres semillas mediante la danza», explica Ana Gallego. La flautista Katrina Penman ha sido la directora musical, quien ha hecho la selección de obras que interpreta este quinteto de vientos.

La bailarina Silvia es el centro en el que convergen los sonidos de los cinco músicos. Ella es la portadora de las semillas a través del otoño, la primavera y el verano. El Canon de Pachelbel concita a los dispersos jóvenes que apenas ocupan sus butacas. La danza del Príncipe Igor, de Borodin, da paso al cuento y el cuerpo de Pérez sale del mimetismo otoñal. Sin una palabra, han sido presentados ya los instrumentos cuando los intérpretes demuestran que la percusión con su cuerpo, con una escoba, con el suelo, es suficiente para crear el ritmo de la bulería que despierta a Silvia.

Stravinsky, Mozart, Saint-Saëns, envuelven el viaje de las semillas, de la promesa de vida. La danzarina las cuida, las mima, hace reír a los niños con su expresividad. Nadie hablan y todos dicen, el gesto, la medida interacción con los niños pueden añadirse a los efectos de la tormenta o sumarse al vuelo de los pájaros. Aunque son tan pequeños que los pies no les llegan al suelo desde la butaca y eso les obliga a levantarse. «Nuestra concepción es muy visual. La escenografía es sencilla y poética, con ella y con la música tan evocadora hay que atrapar la atención de los niños entre 3 y 6 años a los que va dirigido. Creemos que es una forma lúdica de acercar a los niños al gran repertorio», explica Gallego.

Rossini, Beethoven y Shostakovich toman los atriles de los músicos antes del final y popular Tico-tico. El joven público ha celebrado cada obra musical con un aplauso, suave, propio de unas palmas pequeñas que entrechocan sin demasiado ruido.

Teloncillo ya llevó a la programación infantil del auditorio Miguel Delibes Cuéntame un cuento, El patito feo y Los animales de Don Baltasar. «Es una suerte trabajar con gente tan profesional», celebra Gallego. El puro gusto del proyecto ha hecho posible que siete artistas de diferentes disciplinas y compatibilizando trabajos en distintas capitales de Castilla y León se hayan reunido en El jardín musical.

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