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Auserón toca con su guitarra.
La desnudez acústica de Juan Perro

La desnudez acústica de Juan Perro

Santiago Auserón afronta solo con su voz y su guitarra un ecléctico viaje musical en quince canciones

Miguel Lorenci

Martes, 20 de diciembre 2016, 00:32

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Acústico, ecléctico y minimalista. Así es el último reto de Juan Perro, el alias de Santiago Auserón, quien armado solo de su guitarra y su voz afronta una nueva aventura discográfica -la séptima- y escénica. 'El viaje' se titula el nuevo disco de Juan Perro, el primero que graba en 35 años sin el apoyo de una banda. Es un periplo por distintas influencias y mundos sonoros, de la guaracha al son pasando por el danzón, el blues, la ranchera y la copla. Lo defenderá también en soledad sobre el escenario en una mini-gira que empieza este martes en Madrid con todo el papel vendido.

Y no es que quien fuera el líder y la voz de Radio Futura opte deliberadamente por la soledad y la desnudez en el escenario y en el estudio. Quería Juan Perro haber grabado estas canciones con el respaldo de su banda y dentro de otros proyectos «pero el tiempo pasó, se echó encima sin que pudiéramos hacerlo juntos y opte por hacerlo en solitario», explica.

     No está ni mucho menos descontento con el resultado. «Como en tantos órdenes de la vida, a veces menos es más, y esta desnudez me motiva» admite este curtido músico y compositor que, con tres décadas largas en la carretera, filtrando todo tipo de influencias, vive en un vaivén entra las dos orillas musicales del Atlántico. No en vano se tiene «por un buscador de coplas en la frontera».

Un negro del Ebro

«Soy un negro del Ebro a quien intrigan todos lo ríos y que trata de beber de todos lo cauces para poder expresarse» asegura el maño Auserón, doctorado 'cum laude' en Filosofía por la Sorbona y capaz de mezclar la inspiración culturalista de Góngora ('A morir amores') con ritmos brasileños, cubanos, caribeños, mexicanos y puramente roqueros, con pellizcos de soul, blues o bossa. De cantarle al Duero ('Arenas del Duero'), a los anhelos de los inmigrantes que se topan con los muros fronterizos ('En la frontera', 'El desterrado') o hallar inspiración en la última película de Marilyn Monroe, John Houston y Carl Gable.

Es lo que ocurre con Inadaptados', primer corte del disco y su carta de presentación que recrea el ambiente de 'Vidas rebeldes', filme en el que Auserón ve «los últimos destellos del siglo XX». Una película legendaria, un mosaico de vidas destrozadas, y un rodaje épico en el que «en lugar de leche y huevos revueltos se desayunaban copazos de bourbon»

     'El viaje' (La huella sonora) incluye quince de las dieciocho canciones que manejó -la más antigua es 'Ambar' de 1997- y que defiende «casi desnudo». Son temas cocidos a fuego lento y rodadas «antes de ser registradas en formato mínimo, buscando el núcleo en el que el canto germina» dice su autor. «Solo me había atrevido a grabarlas con la única compañía de la guitarra para bocetos y maquetas», explica. «Asumo el riesgo de dejar que se vean las heridas, las debilidades y las insuficiencias, pero antes que causarme sufrimiento, este formato me conforta», reitera.

«No siento la menor añoranza de la movida» dice restándose protagonismo quien fuera el ganador del Premio Nacional de Músicas Actuales en 2011 y que se tiene también por «un buscador en los márgenes de lo conocido». «Aquello no fue cosa de unos cuantos músicos que salían en la tele; fue un momento de ebullición de toda una sociedad que tenia ganas de hacer cosas nuevas. Algo muy dinámico, colectivo y muy interesante sociológicamente» dice hoy el autor de himnos de aquella época como 'La estatua de del jardín botánico', 'Escuela de calor', 'Corazón de tiza' o 'Semilla negra'.

«Aunque no me lo hubiera propuesto como meta, este álbum, acaso el más personal, cierra en cierto modo un ciclo, al cabo del cual me vuelvo a sentir como aprendiz» dice Auserón que líderó de Radio Futura entre 1980 y 1992 y se reinventó como Juan Perro en 1995 con 'Raíces al viento' . «Al oficio de tocar a solas uno se acostumbra por obligación, porque la música es un evento colectivo» dice añorando, ahora sí, a su grupo y planteando que lo de «menos es más no es definitivo, aunque lo parezca cuando vas al núcleo, al germen de las cosas», concluye.

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