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Victoria M. Niño
Viernes, 18 de marzo 2016, 09:05
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Nació en una familia de músicos, de padre compositor y madre cantante de folk. Daye Lin (Shandong, 1980) siendo niño vio en la televisión a Karajan dirigiendo a la Filarmónica de Berlín la Quinta de Beethoven y apuntó la pantalla. Casi no sabía hablar pero ya había decidido que quería hacer lo mismo que el austriaco. Estudió piano y dirección, en Pekín y luego en Berlín. Se cerraba así el círculo del deseo abierto por Karajan. Este director chino debuta en España al frente de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León con un programa del siglo XXy del XXI. Prokofiev, Gubaidulina y Wenjing Guo «tienen en común el sufrimiento por los regímenes comunistas».
«Los tres compositores tienen obras muy emocionales, relacionadas con la rebelión personal, el dolor. Me gustan tanto los programas monográficos, por ejemplo he hecho mucho Shostakovich estas última temporadas porque eran sus aniversarios, como los que mezclan estilos diferentes y compositores. Creo que hay que mostrar al público ambas». Daye Lin piensa a menudo en su público, el chino. No en vano es director titular de la Sinfónica de Guangzhou. «Además cada vez hay más compositores contemporáneos en mi país».
Wenjing Guo (China, 1956) es un caso curioso ya que siempre ha vivido en China. «No tiene la experiencia de vivir fuera como Tan Dun. Puede decirse que su música es china 100%. Un poco de él podrá disfrutarse en este concierto».
Efecto Lang Lang
Lin pertenece a la generación post-revolución cultural. «Hemos tenido mucha suerte, hemos recibido una educación moderna, libre. He tenido a mi alcance grabaciones y partituras. Para nosotros la música clásica occidental es ya universal, no apreciamos la división Oriente/Occidente». A esa generación pertenece el pianista Lang Lang, «una superestrella en China. Muchos padres en mi país quieren que sus hijos toquen algún instrumento con él como espejo». Personalmente no se ve en esa vorágine concertística, «necesito tiempo para preparar y pensar los programas». Es el director titular en Guangzhou y ha pasado por todas las orquestas importantes de primer nivel de su país. «Aún nos falta un poco para llegar al primer nivel de las europeas, pero en China la música clásica progresa mucho. Hay buenos auditorios e interés de la gente. A medio plazo lograremos mejorar».
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