Subramaniam: «Planeamos que la Sinfónica de Castilla y León venga a la India en diciembre»

El concierto de Año Nuevo en el MiguelDelibes inaugurará, además de calendario, la celebración de los 60 años de las relaciones diplomáticas entre India y España. La Orquesta Sinfónica de Castilla y León estrenará un concierto de Subramaniam que será también el solista de la noche. El violinista ha compuesto el Concierto Isabella «para desear paz y armonía en el comienzo de este nuevo 2016 y de la conmemoración entre ambos países».

Subramaniam es hijo del profesor V. Lakshminarayana, perteneciente a un linaje de intérpretes dedicados a la música carnática en el sur de la India. Como sus antepasados estaba abocado a tocar el violín de acompañamiento, casi perpendicular a su cuerpo y ligeramente ladeado hacia el suelo. Una postura bien distinta a la del violinista occidental, una función en la música muy diferente a la que le deparó la tradición occidental. Subramaniam salió a estudiar a California y desde 1973 a las raíces clásicas indias y a las aprendidas en el sinfonismo occidental, se fueron sumando los diálogos que su violín estableció con el pop, el rock, el jazz o el folclore de medio mundo, desde Noruega a Japón, desde Islandia a Sudáfrica. No en vano, acabó acuñando el terminó fusión global y en su discografía se suceden dúos con colegas tan dispares como Yehudi Menuhin, Stephane Grapelli, Stevie Wonder, Jean-Pierra Rampal, Steven Seagal, George Harrison o Ravi Coltrane. Todo ello devino en el Lakshminarayana Global Music Festival (LGMF) del que acaba de volver. «Hemos viajado mucho», dice antes de hablar del concierto que ha compuesto para Valladolid.

Compositor sinfónico

«Es una obra escrita para celebrar esta unión de España e India, con motivos gitanos, porque salieron de mi país hacia Europa, con partes indias y con partes flamencas. Son tres segmentos diferenciados pero interrelacionados», explica quien se considera un «compositor global más que indio». Dentro de la parte india, destaca «la improvisación. Hay una serie de cadencias para el solista, en este caso yo, que se dejan a la improvisación. Los que nos dedicamos a la música carnática estamos muy acostumbrados a ello, me gusta».

Tras el estreno en el Miguel Delibes, el embajador indio, la Casa de la India y los responsables de la OSCyL están considerando un siguiente concierto en el subcontinente indio. «Estamos planeando que la Orquesta Sinfónica de Castilla y León venga al LGMF el próximo mes de diciembre ha estrenar la obra allí».

L. Subramaniam (Chennai, 1947) es el emperador del violín, un reconocido intérprete premiado por doquier fuera y dentro de su país. Pero también quiso pasar de la improvisación a la composición. De hecho la música carnática está escrita, fijada sobre el papel al estilo de la occidental. «Hay una serie de elementos que mezclo, que uso indistintamente. En la tradición india manejamos el raga, es decir la escala, y los ritmos, el tala. Hay unos motivos que desarrollan distintos instrumentos, como si fueran las melodías europeas». Conoce las reglas de ambos mundos, racionalmente las maneja, pero «cuando uno busca su voz, su tonalidad, acaban saliendo sus raíces».

Esa unión le ha llevado a componer para orquestas como la New York Philarmonic, la Berlin State Opera o la Swiss Romande Orchestra, también para su compatriota Zubin Mehta y para el cine. Llevan su música películas como Salaam Bombay y Mississippi Masala, en calidad de compositor, y El pequeño Buda, de Bertolucci, como intérprete. También ha hecho incursiones en el mundo teatral como asesor de Peter Brook en la versión dramatizada del Mahabharata.

Este músico del mundo que sigue abrazando a su violín cada día, «es que no me gusta la tele, acabas tocando para ti mismo, por placer», se siente parte del cambio que propulsó su padre en el destino del violín en la India. «Tradicionalmente era un instrumento de acompañamiento melódico. Poco a poco fue ganando preminencia y ha logrado un status como solista similar al violín occidental, tanto sinfónico como camerístico».

Grabaciones

En parte se debe a la diferente técnica introducida por su padre. A pesar de los nombres propios, «aún no tenemos una orquesta sinfónica india. Creo que en unos años podrá ser posible, ahora tenemos varias con músicos extranjeros que tocan allí durante una temporada y a la siguiente vienen otros». A diferencia de su vecinos continentales, China o Corea del Sur, India no ha replicado el sistema sinfónico europeo ni su red de conservatorios, aún.

Con más de medio centenar de grabaciones en su carrera, Subramaniam espera tener tiempo en algún momento para grabar este estreno y otras partituras que aún no han sido llevadas al estudio.