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Measha Bruggergosman.
«En el cabaret lo más importante es la historia»

«En el cabaret lo más importante es la historia»

La soprano Measha Brueggergosman canta canciones de Schönberg, Bolcon y Montsalvatge este sábado en el Miguel Delibes

Victoria M. Niño

Jueves, 6 de noviembre 2014, 21:48

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Soprano al servicio de la ópera, del cabaret o del pop Measha Brueggergosman (Canadá, 1977) acepta propuestas según su procedencia. «Creo que estoy bendecida por las oportunidades que se me han brindado y la gente que lo ha hecho. Cuando digo sí a algo, me comprometo a estudiarlo y a intentar hacerlo lo mejor posible. Me gusta correr esa carrera contra mí misma. Lo que no quiero es lamentar después que no hice algo que podía haber probado».

Simpática, extravertida, franca, llegó el miércoles y fue directamente a ensayar con la Sinfónica de Castilla y León. Sabe que la propuesta requiere de la total complicidad con los músicos, instrumentos y voz están abocados a bailar un tango muy juntos. «El cabaret es muy concreto, muy inmediato, desde el primer momento estás atrapado en la acción, la razón de la canción es contar. La orquestación sirve también a la historia, está intrincada con ella. Y músicos y solistas debemos trabajar codo con codo. Hay una nota por cada sílaba, el ritmo, el lenguaje musical elegido está al servicio de lo que se cuenta, cualquier desacompasamiento entorpece la narración. El reto está en el fraseo silábico y musical». Las canciones de Mahler o Strauss «a veces son solo tres versos y seis minutos de música, hay un desarrollo sinfónico independiente. En el cabaret, no».

En seguida conecto con los músicos de la OSCyL. «Es un repertorio que no han hecho y tienen mucho respeto por la música. Sugiero cosas y enseguida me siguen. Estas canciones requieren la flexibilidad e intimidad de la música de cámara. Deben sentir como yo, tenemos que respirar juntos, con la misma cadencia. No somos complementarios, sino colaboradores». Ha elegido para este programa canciones de cabaret de Schönberg, de Bolcom y Cinco canciones negras, de Montsalvatge. «Su condición folk, popular y la alegría dentro del sufrimiento es lo común de las obras elegidas». Y ¿cómo enfoca es el cabaret al otro lado del Atlántico?. «El cabaret europeo tiene la profundidad de la historia. España y Alemania han vivido años muy duros en el siglo XX. En Canadá no hubo eso. Provengo de la parte pobre del país, donde abundan jornaleros y pescadores. Hay una música propia de esta gente, son canciones de labor que hablan del mar, de la muerte, muy populares pero que en realidad fueron escritas por gente que no hacía ese trabajo sino que era la elite. Es nuestra versión del cabaret. Reflejan la historia underground, del mundo de los esclavos negros, de sus descendientes. Son ese tipo de canciones rítmicas que unen a la gente, que dan sensación de comunidad». En cuanto a Montsalvatge, «son canciones cubanas, he aprendido a pronunciar su c. Pregunté a mi agente si había algún problema con cantarlo aquí. Me gusta ser sensible a lo que rodea al público al que me dirijo. No puedo entender todo de su cultura pero sí puedo respetarla, estar tan cerca como me sea posible, si no, estás perdida».

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