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Kenny Garrett, anoche en el Universijazz.
El saxo de Kenny Garrett sobrevoló otra exitosa cita del Universijazz

El saxo de Kenny Garrett sobrevoló otra exitosa cita del Universijazz

El estadounidense pronuncia una nueva lección en el patio de San Benito

ROBERTO TERNE

Viernes, 18 de julio 2014, 10:01

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Tras la clase y sensibilidad de Freddy Cole y tras la propuesta cubana de Chucho Valdés, anoche en el Universijazz llegó el turno de ese jazz más para iniciados y puros que para, por decirlo de alguna manera, curiosos u ojeadores. Claro que nuevamente la espectacularidad tiene mucho que decir al respecto. Y Kenny Garrett y su banda tienen bastante de todo ello. Especialmente por su rapidez y precisión... o por la intensidad con la que despachan sus conciertos desde el minuto cero. Y lógicamente si se habla de espectalaridad, la popularidad también tiene bastante que decir. ¿Jazz para iniciados? Si, pero no... O no del todo. Bueno, anyway....

José Luis Gutiérrez se refirió a Kenny Garrett rememorando a maestros que han pasado tanto por el Universijazz como por la capital vallisoletana en tiempos más remotos. También hizo mención al mismísimo Miles Davies con quien el propo Garrett trabajó en los últimos tiempos del recordado músico.

Ante un aforo nuevamente completo, Kenny Garrett salió al escenario dispuesto a exponer su repertorio sin piedad para los débiles, por decirlo de alguna manera. Jazz del excesivo desde el minuto cero hasta bastante más allá del concierto, contando además con la complicidad de cuatro músicos dirigidos para satisfacer y autosatisfacerse en un reñido porcentaje de prioridades. Filosofía lógica cuando se viene de la escuela de Miles o cuando se trabaja con compañeros como Donald Brown, productor de su último trabajo, Pushing the world again.

Tras una primera hora de actuación en esta línea, Garrett se/nos dio un respiro en Pushing the world away donde la percusión de Rudy Bird pasó a estratos más atmosféricos tirando de gong y cortinas mientras las voces de Kenny y del contrabajista pasaban a planos más globlales y guturales. En esos momentos, Garrett ya había cambiado el saxo alto por el soprano. Aunque rápidamente volvería a las andadas al transitar por la parte latina del concierto. Fue el momento del homenaje a Sonny Rollins con Jouvert seguido de la interpretación de Chuchos Mambo. Fue especialmente esta segunda parte, para muchos, la más interesante de una noche en la que el jazz demostró que siempre sabe encontrar el billete de vuelta por muy agitada que sea la ida.

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