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Miércoles, 9 de julio 2014, 12:12
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El dúo vasco Bakelite será el encargado de abrir mañana el programa de conciertos Una fuerza común es algo que tiene casi todo el mundo, que traerá al Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac) directos de Roldán, Fluzo, Bakelite y Norberto Lobo los jueves de julio a partir de las 22 horas. Todos los conciertos tendrán lugar en el patio del museo, y la entrada será gratuita hasta completar el aforo.
Bakelite es el proyecto que conforman Sergio Llanos y Naiara Anasagasti, esta última encargada de las letras y la voz, siempre en euskera. Además toca la batería y la guitarra alternativamente, mientras que su compañero se encarga de la guitarra y los coros. Sus composiciones pueden ir desde la tranquilidad hasta la tormenta eléctrica, caben desde el blues y el folk hasta sonoridades más noise, siempre desde una instrumentación espartana, rozando el límite con lo mínimo.
Para su primer LP, Azeriak, autoeditado en su sello Borax Ekoizpenak junto al sello Frigofingers, han contado con Rafael Martínez del Pozo en las labores de co-producción, mezcla y mastering de los diez temas que conforman el trabajo. El sonido personal y directo de sus últimos trabajos para Lorena Álvarez y su Banda Municipal, Roldán o Dos Gajos lo acreditan como el Rudy Van Gelder del folk deconstructivo.
El ciclo, programado por la asociación artística Leve, propone cuatro conciertos en los que se incide en el modo en que cada artista afronta su relación con la música de un modo propio y original, más allá del género musical en el que milita. Así, Fluzo confronta un hip-hop de electrizante poesía de lo cotidiano con el disloque de una electrónica experimental que sobrevuela varias décadas.
Los vascos Bakelite, con su rock sintético en euskera y sus guiños al bertsolari, se dejan en el camino la mitad de los integrantes y de los instrumentos que normalmente conformarían una banda de rock clásico. Norberto Lobo entronca con el folclore de Carlos Paredes, exorcizando los fantasmas de la guitarrada de Takoma para presentárselos a la libre improvisación y poner en interrogativo la tradición portuguesa asociada a ese instrumento. Roldán opera como un pulpo de secano en una juguetería. A la compleja imprevisibilidad de sus directos se suma el exotismo de sus canciones y la excentricidad de sus letras y arreglos.
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