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Mick Jagger, durante el concierto que ha ofrecido Rolling Stones en el Bernabéu
Los Rolling Stones cautivan al Bernabéu

Los Rolling Stones cautivan al Bernabéu

'Sus Satánicas Majestades' se dan un baño de masas ante 54.000 personas en Madrid

MAGDALENA CARMONA

Jueves, 26 de junio 2014, 01:17

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Un concierto con sabor a despedida. Lenguas de fuego a ambos lados del escenario daban entrada a una de las bandas más míticas de la historia, no sólo del rock. Los primeros acordes de 'Jumping Jack Flash' activaron la chispa en la multitud presente. No podía ser otra la pieza elegida para dar comienzo a dos horas de una historia que cumple 50 años.

Mick Jagger, vital como siempre sobre el escenario, transmite una cierta idea de inmortalidad, como si el tiempo no pasara para él. Su voz, mantenida en el tiempo, sí, pero obliga a pequeños ajustes en algunas piezas, como 'Angie', percibidos quizá sólo por aquellos que la tienen grabada en su cerebro desde su lanzamiento, allá en los inicios de los 70, como si fuera una canción de cuna más, transmitida de generación en generación.

Pocas novedades en conjunto. Un concierto con un 90% de repertorio más que conocido, canciones tarareadas y cantadas por varias generaciones, que en manera alguna están 'pasadas de moda'. Voces de todas las edades corearon una tras otra las piezas que completaron dos predecibles horas de rocknroll de la mano de, quizá, la banda más longeva sobre los escenarios.

"Sois un público fantástico", decía Mick Jagger recorriendo el escenario, en un español bastante claro, animando a la concurrencia a responder, con más energía aún si era posible, a cualquier solicitud suya de interactuación. El público no decepcionó, no decayó en ningún momento. Desde el foso hasta la última fila de asientos del estadio Santiago Bernabeu, los brazos en alto se agitaban al unísono, con la misma pasión, con las mismas palabras saliendo a la vez de miles de gargantas, dejando muy en claro que son fans, ni más ni menos.

La pasarela fue testigo de un gesto que, pese a lo conocido, no deja inmune a la concurrencia: una bandera de España por unos segundos entre las manos de Mick Jagger acompañada de algunas palabras en nuestro idioma son gestos que la multitud agradece.

'Customización'

La pieza elegida para Madrid, a través de una votación vía Twitter, fue 'Like a Rolling Stone'. Hacen así gala de alguna manera de la actualidad tecnológica para 'customizar' su concierto y hacerlo memorable para los más de 50.000 privilegiados que tuvimos la oportunidad de presenciarlos anoche en Madrid.

Ver en vivo a los Rolling Stones es toda una experiencia. Algunos se ufanan de haberlos visto cinco veces o más. Para otros ha sido la primera vez y seguramente la última, porque el concierto tuvo sabor a despedida. Son muchos años, muchos sobre un escenario, llenándonos de música, de 'himnos de juventud', aunque ya no seamos tan jóvenes, pero así nos hace sentir esta mítica banda.

Los toques personales, el escenario, escuchar a Keith Richards cantando, acompañado de Ronnie Wood, ver a Charlie Watts al fondo siempre, pero siempre ahí, los recorridos interminables por el escenario de Mick Jagger mientras interpretaba 'Gimme Shelter', 'Start me up', 'Brown Sugar', 'It's only rock'nroll (but I like it)' o 'Miss you', entre otras, hicieron las delicias del respetable.

No podía faltar 'Sympathy for the Devil', entre imágenes de llamas en las pantallas que transmitían un efecto infernal al escenario y que Mick Jagger endemonió aún más vistiendo una especie de chaqueta de largos y vaporosos flecos rojos que se movían a su compás.

Cuando los acordes de 'Satisfaction' se dejaron escuchar, ya no había duda: el concierto llegaba a su final. Entre lenguas de fuego llegaron anoche al escenario y entre otras tantas, se fueron, dejando un poco quizá esa sensación de "¿es todo?", no porque hubiera sido poco, sino porque para quienes teníamos la conciencia de estar viendo a unos mitos delante de nuestros ojos, al final, todo parece poco.

Cincuenta años de carrera que hicieron gráficos al cierre del espectáculo, con una 'lengua Stone' dorada decorando las pantallas del escenario. Aniversario de oro.

Hora de retirarse, hora de ver en las caras de los asistentes esa sonrisa de satisfaction, porque mientras los ídolos estaban en el escenario, no había ojos más que para ellos. Público contento, mucho. Sabía perfectamente a lo que iba: a hacer un rápido recorrido por un tramo de la historia de varias generaciones allí presentes.

'On Fire' graba así a fuego en nuestra memoria a una de las bandas más míticas que hayan existido.

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