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El escritor del libro 'La vida que nos toca: y lo que decidimos hacer con ella», Sebastián Cerro.

Sebastián Cerro: «Quien no sabe unir dolor y felicidad no tiene una existencia plena»

El autor de 'La vida que nos toca: y lo que decidimos hacer con ella' analiza cómo el ser humano hace frente a las dificultades para ser feliz

Sergio García

Valladolid

Viernes, 13 de agosto 2021, 18:38

La vida de Sebastián Cerro (La Zarza, Badajoz, 1961) ha estado desde siempre ligada a la educación. «Fui profesor y ahora hago consultoría para ... colegios y promuevo el aprendizaje de lenguas extranjeras», explica antes de hablar de su nuevo libro, 'La vida que nos toca: y lo que decidimos hacer con ella'. La obra, disponible solo en Amazon, plasma en diez capítulos la vida de once personas y las dificultades a las que tuvieron que hacer frente para seguir adelante. Son historias reales recogidas en entrevistas que fueron realizadas antes de la crisis sanitaria y que el autor escribió durante el confinamiento. Cada una ofrece un relato diferente, pero todas tienen algo en común: sus protagonistas han sabido superar los baches de sus vidas.

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- 'La vida que nos toca: y lo que decidimos hacer con ella', ¿cómo definiría su libro?

Es un libro de ejemplos de superación, de personas que no se rinden ante lo que les toca vivir. La vida es, como lo describiría Calderón de la Barca, un gran teatro donde cada uno tiene que representar un personaje que le viene de familia, de cosas externas que le son dadas y que no ha buscado. Pero el subtítulo es todavía más importante, 'lo que decidimos hacer con ella', nuestra actitud personal que transforma la vida para salirse de lo que nos ha tocado y ser nosotros los propios protagonistas.

- Son diez capítulos, once vidas, ¿cómo llega a conocerlas?

A la mayoría las conocí durante estos últimos años. Cuando estuve con Flor, la última historia que aparece en el libro, me propuse escribir sobre la gente de la calle y pensé en otras personas que tuviesen cosas que contar. Luego quise completarlo con historias concretas, como una persona que hubiera llegado al país en patera o una mujer que hubiera abortado, y las busqué.

- ¿Por qué eligió esos perfiles?

Al principio no los tenía agrupados, sí busqué cinco españoles y cinco extranjeros; cinco hombres y cinco mujeres. Pero una vez escritos es cuando vi que se podían agrupar en los perfiles que aparecen en el libro, como educadores, voluntarios e inmigrantes.

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- Son todas historias reales. ¿Es el pilar fundamental del libro?

Sí, es uno de los elementos que le da unidad. Todo lo que se cuentan son experiencias que les han ocurrido a personas de verdad.

- ¿Alguna otra historia se quedó en el tintero?

Hay una historia que no aparece en el libro. Entrevisté en Almería a un chico subsahariano que vivía en España de modo ilegal. Su nivel de inglés y castellano eran tan bajos que no pudimos entendernos lo suficiente en las horas de entrevista que mantuve con él y no me pareció respetuoso contar solo lo poco que fui entendiendo.

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- Quizá es difícil destacar una historia sobre el resto, pero ¿cuál le causó un mayor impacto?

La de Abdallah, un chico inmigrante que recorrió, con 15 años, los 8.000 kilómetros que separaban su hogar en Sierra Leona de España. Lo hizo sin ningún medio, en un recorrido en el que cayó en manos de tres mafias. Le despojaron de todo lo que tenían él y su familia, ya que les hacen chantaje, y tuvo que pedir ayuda económica a sus seres queridos. Consiguió ganar un poco de dinero para continuar el viaje y de nuevo cayó en manos de otra mafia que le volvió a dejar sin nada. Cuando estuve con él todavía tenía la piel de las piernas y los brazos llena de los surcos que le habían producido las extremas temperaturas del desierto que atravesó en el interior de un camión junto con otras tantas personas. Me impactó que se mostrara tan agradecido con la ayuda recibida en España.

Sebastián Cerro junto con Nacho y Flor y su familia, dos de los protagonistas del libro.

¿Sigue manteniendo contacto con las personas que aparecen en el libro?

Con todos menos con Flor, a quien alguien o algo la ha debido «secuestrar». A la mayoría los considero amigos. A todos les debo mucho. Me han enseñado que amar y ser amados es consecuencia de la entrega generosa y desinteresada. También conozco sus impresiones del libro, les dejé leer el capítulo con su historia antes de publicarlo y también se lo he enviado a cada uno.

- Es una historia de actualidad, si se tiene en cuenta lo que ocurre en Ceuta.

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Es uno de los mensajes que se deriva del libro, que todas las personas tienen su historia. Si rascamos un poquito en cada vida aparece un relato que bien nos ayuda a ser felices o nos sumerge en la tristeza. Lo importante es ganar la actitud de saber para qué nos sirve cada una en la vida. Si se ve con visión crítica, todos hemos sufrido, pero unos lo han utilizado para luchar y ser felices y otros para que las circunstancias les dominen. El dolor forma parte de la vida y de la felicidad y el que no sabe unir las dos cosas no tiene una existencia plena.

- El dolor y las dificultades, ¿cómo ha tratado en el libro las de los protagonistas?

En la mayor parte de las ocasiones no eran conscientes de las dificultades que estaban pasando. Hacen lo que creen que es normal, están enfrentando lo que la vida les pone por delante sin hacerse los mártires. Por eso, cuando me lo cuentan en las entrevistas no piensan que están contando algo grave y lo he intentado tratar de la misma forma.

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- El libro ayuda y anima a seguir adelante ante las complicaciones. A usted, ¿cómo le han ayudado esas historias?

A darme cuenta que las personas merecen un respeto por encima de lo que aparentan. Saber que detrás de lo que parece una historia sencilla hay un relato lleno de amor me ha enseñado que este transforma a la personas y a su entorno. Amor a sus seres queridos, ya que todas las personas que me han contado su historia pasan por dolor para ayudar a familiares, su pareja o un amigo.

- ¿Lo llegaría a definir como un trabajo de autoayuda?

Si tuviéramos que enmarcarlo dentro de un género, yo creo que sí, pues pretendo que sirva de ejemplo a personas que pasan dificultades para afrontarlas y que eso no les genere insatisfacción.

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- A pesar de ello, decir autoayuda a veces se ve como algo negativo, ¿cree que este tipo de libro está estigmatizado?

Como todos los mortales he leído libros de autoayuda y puede ser que se vea así, porque a veces se centran solo en los sentimientos positivos. La verdadera autoayuda está en la inteligencia emocional, en ser capaces de poner los sentimientos al servicio de la voluntad. Ver lo que es bueno para uno mismo, forzar la voluntad para poner los medios en alcanzar ese objetivo y que los sentimientos acompañen. Por eso ahora es tan difícil hacer el bien, porque los ejemplos que más se ven se centran en lo fácil, no en aquello por lo que merece la pena luchar.

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