Paco Álvarez: «Roma nos enseñó que hay que proteger la democracia de sus enemigos»
El publicista y divulgador establece conexiones entre nuestra sociedad y la romana en un libro que presenta este jueves en la librería Maxtor
La herencia de Roma sigue teniendo tal poso cotidiano en nuestras vidas que el publicista y divulgador Paco Álvarez (Madrid, 1965) no se resiste a ... refrescar procedencias de costumbres, leyes y hábitos sociales: «Desde los bares, la depilación, el descanso dominical, el matrimonio, la política, el sexo, el derecho, el divorcio, el mecenazgo...». Después de años dedicado a cavilar frases, eslóganes y folletos de márquetin publicitario ha dado rienda suelta a su pasión por la cultura romana volcando en 'Somos romanos' anécdotas y datos singulares que vincula con la actualidad veinte siglos después.
«En ninguna otra época de la historia hay tantísimos parecidos con nuestra sociedad como en la romana; la historia de Europa es intentar recuperar la idea de Roma», sostiene el presentador del programa de La 2 'Zoom tendencias'. En la presentación de su libro mañana, jueves (19:30 horas) en la librería Maxtor de Valladolid, establecerá conexiones «entre sociedades con menos distancia cultural que la que dan a entender los veinte siglos que las separan.
–Cuenta que nuestra historia es un intento permanente de volver la vista atrás para reconstruir la cultura y recuperar lo que se perdió en el camino de la Edad Media –usted la llama edad oscura»– entre Roma y el Renacimiento.
–De todas las épocas hay mucho que aprender, pero en la Edad Media se olvidó, entre tantas otras cosas, que el plomo era veneno, llegándose a utilizarlo para adulterar vino e incluso para tener buen aliento. Eran cosas básicas que sabían los romanos y se olvidaron. Otro ejemplo: las monedas del siglo III son una maravilla en cuanto a iconografía, su escritura...; en cambio, ves una moneda visigótica de siglos después y parecen el dibujo de un chaval. El legado romano más importante aún vigente es el derecho. Cuestiones como considerar a alguien inocente hasta que se demuestre lo contrario o que cualquier persona tiene derecho a una defensa justa son cosas básicas, pero puramente romanas, como buena parte del lenguaje empleado en los juzgados.
–¿Qué le fascina de la cultura romana?
–Estás viendo 'Blade Runner' y en la escena final, cuando el replicante muere y dice aquello de que vivir con miedo es ser un esclavo... Es una frase de Horacio. La capacidad de Roma de apropiarse y divulgar su propia romanidad fue inmensa, tanta que nosotros la llevamos al otro lado del Atlántico, empezando por hacer una nueva España y no una colonia, como los británicos.
–¿Qué aportó Hispania al imperio romano?
–Los hispanos estuvimos doscientos años en guerra con ellos, pero al minuto siguiente ya éramos más romanos que nadie. En el siglo I llega a haber hasta 300 senadores hispanos en Roma y en el año 45 a. C. el primer cónsul de la República romana que no era de Roma fue Lucio Corneilio Balbo, de Cádiz. En el coliseo hay una sección de asientos reservados a los gaditanos, una piedra en la que se lee 'gaditanorum'. Además, tuvimos tres emperadores romanos procedentes de Hispania: Trajano, Adriano y Teodosio, este último, segoviano de Coca.
–¿Qué lecciones se pueden extraer en clave actual de la caída del imperio romano?
–Que hay que proteger la democracia de todos sus enemigos. Es algo que la ciudadanía tiene que valorar. Luchar contra todos los populismos que quieran hacer que no todos los ciudadanos seamos iguales. Ningún hombre puede permitir en su patria que alguien pretenda estar por encima de la ley.
–Está trabajando en un libro sobre el nacionalismo y su parecido con las teorías terraplanistas.
–Nacionalismo y terraplanismo son dos teorías decimonónicas, basadas en un hecho común: ambas defienden la existencia de una conspiracón para que la verdad se oculte. En el caso de los terraplanistas, la NASA;y en el del nacionalismo, creer que hay una conspiración que les impide existir. En la Alemania de los años 30 la conspiración la representaban los judíos; y en el caso español actual el nacionalismo vasco y catalán dice que se les mantiene sojuzgados cuando nunca ha habido una soberanía vasca ni catalana.
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