David Barreiro, novelista, guionista y autor de obras de teatro. El Norte

David Barreiro urde una novela sobre el auge y derrumbe del sueño americano

En 'Poplar Road' rastrea a través de una familia la transformación del país hasta el colapso provocado por la crisis financiera y la corrupción en 2008

Jesús Bombín

Valladolid

Domingo, 31 de diciembre 2023, 00:23

Traslada su afán fabulador a guiones, novelas y obras de teatro, además de artículos sobre cine y series en el suplemento literario La Sombra del Ciprés. ... Como dramaturgo, David Barreiro puso en pie 'La herencia', representada en el Teatro Zorrilla en marzo de 2020 y cuya gira obligó a suspender la pandemia de covid. Ahora se representa en el Teatro Luchana de Madrid, coincidiendo con el estreno de 'Poplard road' (Pez de Plata), su octava novela. La frase «la vida es todo aquello que nos queda cuando quiebra Wall Street» condensa el discurrir de este relato sobre el auge y la caída del sueño americano, la crisis del 2008 auspiciada por Lehman Brothers que supuso el derrumbe del sistema financiero mundial. «Aquello a mí me impactó con todas las consecuencias que hubo a posteriori en todo el mundo; es algo que estuvo latente en mi interior y hacia 2020 recuperé la idea de contar la historia haciéndome la pregunta de por qué había sucedido y quiénes habían provocado la crisis», observa Barreiro.

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Aunque la caída de Lehman Brothers ocupa poco más de ocho páginas, el ambiente y las consecuencias que tuvo están muy presentes en un relato que se remonta treinta años atrás, a una familia de un pequeño pueblo de Oregón, los Rappaport, que le servirán de guía para adentrarse en los años del capitalismo americano que desembocarían en la pesadilla de la quiebra de Wall Street. «En mis novelas siempre hay dos escenarios en los que me he sentido cómodo, la empresa y la familia, fértiles a la hora de escribir», explica el autor, consciente de que se ha valido de esas guías para contar el recorrido vital de unos personajes que encarnan el sentir de un país y una época desde una ciudad de provincias de Oregón a Nueva York, Manhattan y Wall Street. Todo ello remontándose a la niñez del personaje principal y un enamoracimiento adolescente que aflorará como desencadenante de situaciones sorpresivas y rupturistas muchos años después. «Creo que la memoria funciona así, hay acontecimientos que nos marcan: en esta novela el reto para mí estaba en contar algo que ocurre muy lejos abarcando una gran cantidad de tiempo envuelto en una atmósfera cinematográfica con personajes que empiezan a tomar decisiones, a rebelarse», cuenta este escritor influenciado por Faulkner, Carver o Cheever.

Cambio de estilo

Considera el escritor que ha dado un salto estilístico respecto a novelas anteriores, prescindiendo también del humor. «Creo que he conseguido llegar a otros lectores con una versión diferente, con una visión menos sarcástica de la realidad de lo que suelo a acostumbrar, a nivel formal las frases son más largas, el estilo es más sobrio, el ambiente está más dominado por la melancolía».

Abunda también en la idea de que la mirada de quien observa el pasado con nostalgia está muy presente en el contexto, con algún personaje en sombra que aparece y desaparece. Su condición de guionista aparece en el texto, admite, «en la medida en que el teatro me ha aportado la verosimilitud de los diálogos; es una de las partes más difíciles de entrenar, es como tener oído musical», apunta convencido de que el hábito de trabajar con guiones le ayuda a estructurar mejor las historias. «Es que esa es la clave de un guion –aduce–, no puedes aferrarte tanto al estilo, todo depende de cómo ordenes los acontecimientos, dosifiques la información, escojas el punto de vista... doy clases de guion y a los alumnos les digo que escribir es la última parte de la escritura, antes hay que hacer un montón de cosas que pasan por hacerse preguntas y tomar decisiones».

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